domingo, 18 de enero de 2015

OCHO CLAVES PARA TU CAMINO HACIA LA CONSCIENCIA CORPORAL

El humano es un ser global abarcando distintos planos; físico, emocional, estructural, químico, energético, afectivo, relacional. Se manifiesta en el plano concreto a través de su cuerpo, reflejando todos los otros aspectos de su ser.
A lo largo de cada día, el cuerpo procesa todo tipo de informaciones, proviniendo del interior o del exterior, y relacionándose entre sí.
En general, una persona está despierta alrededor de unas 16 horas, y dormida otras 8 ¿Pero cuántas horas en vigila estamos consciente de nuestro cuerpo?
La mayoría del tiempo, lo tratamos como si fuese una máquina. Damos por sentado que responderá a nuestras necesidades rutinarias. No le prestamos atención. Lo negamos como si no existiese o que su única función era de obedecernos como un buen esclavo adiestrado, enfocando nuestra atención en los asuntos mentales que nuestras vivencias estimulan, a los cuales solemos dar la prioridad.
Olvidado, descuidado, al recibir presiones diarias, a menudo el cuerpo termina por agotarse y, entonces, empieza a pedir la atención que le falta para recuperar el equilibrio perdido, manifestándose a través de dolencias de cualquier tipo. Según nuestra respuesta a sus pedidos, se recuperará, o seguirá enviándonos señales cada vez más fuertes hasta que lo escuchemos.
Cuando por fin, al perder la salud, nos damos cuenta que nuestro cuerpo existe y que nos conviene tomarle en cuenta, empezamos a buscar unas soluciones externas, suponiendo que éstas resolverán las problemáticas de las cuales padece. Según nuestras preferencias, elegiremos un tipo de terapia, unas actividades físicas específicas, pensando que nos brindarán las soluciones permitiendo a nuestro cuerpo recobrar su equilibrio.
Cualquier técnica en la cual creamos puede ser muy válida cuando se pone al servicio del cuerpo y se aplica en función de las necesidades que manifiesta en un momento dado. Pero si la experiencia corporal aliviadora no está apoyada por una consciencia de ésta, o si dejamos de escuchar el cuerpo una vez percibida una mejora momentánea, la información se perderá y las dolencias volverán. Únicamente si realmente incorporamos dicha información, es decir, si la procesamos internamente escuchando lo que estimula en nuestro cuerpo, podremos restablecer la armonía interior perdida.
Para crear un contacto verdadero con nuestro cuerpo, es necesario aprender a escucharlo en profundidad, (no solamente de vez en cuando), y, sobre todo, hace falta responsabilizarse de la relación que tenemos con éste, sosteniéndola, ya que de esta relación dependerá la armonía interna, y, por ende, externa.
Solamente cuando llevamos nuestra atención conscientemente hacia nuestro cuerpo y lo escuchamos con disponibilidad, y abertura plena sin expectativas o pre-conceptualización de lo que tiene que hacer, puede empezar a “hablarnos”, contándonos lo que realmente necesita, lo que hace falta a nuestro ser global del cual el cuerpo es el espejo.
Aprendiendo a relacionarnos con constancia con nuestro cuerpo, a diario, podemos sentir mejoras verdaderamente duraderas. Y, puesto que estamos 16 horas conscientes, el primer paso, el más accesible para acercarnos a éste, es sencillamente aprender a escucharlo y sentirlo en nuestros actos más básicos, cotidianos; el respirar, la postura corporal, el caminar, la alimentación, entre otros.
No solemos prestar atención a estos actos, puesto que, al ser tan común, no les damos importancia. Sin embargo, son los pilares de toda nuestra existencia. A través de ochos pilares clave, podemos empezar a recuperar la conciencia corporal y a desarrollar la capacidad de auto-sanación y auto-gestión de nuestra salud:

ENRAIZAMIENTO
Los humanos están conectados al suelo a través de sus piernas y de sus pies. Si la conexión de una persona con la tierra es fuerte, sostenida y consciente, estará conectada con las realidades básicas de la vida, sus necesidades primordiales, pudiendo respetarlas y propiciárselas.
Al poder apoyarse firmemente en su base y en la tierra, esta persona será confiada, tendrá una seguridad en sí misma y sabrá dónde está parada. Sosteniéndose firmemente en el suelo, será más propensa a actuar con determinación. La sensación de tener el apoyo incondicional de la tierra se reflejará en el plano espiritual, este sostén permitiendo el desarrollar una fe basada en la sensación física, y no en el sólo plano mental.
Al nivel relacional, un individuo enraizado no tendrá miedo de perder la conexión consigo mismo frente a otros, arriesgándose a experimentar nuevas sensaciones, nuevas formas de compartir y de intercambiar. Aceptará con más calma los procesos emocionales dolorosos, confiando en sus apoyos, tal un árbol con raíces fuertes sigue en pie en una tormenta.
Desde un enraizamiento sólido, se puede desarrollar una postura con un alineamiento adecuado, permitiendo una puesta en movimiento más placentera, adaptada a las necesidades diarias.
A través de juegos, masajes, estiramientos, movimientos, propiciando la toma de consciencia de nuestra forma de enraizarse, se recobra el placer de sentirse anclado en la tierra.

POSTURA
La postura refleja nuestra manera de plantear cara al mundo, la relación que tenemos con nosotros mismos, con los distintos planos de nuestro ser.
Si hiciésemos una lectura simbólica de nuestra postura, podríamos descubrir los patrones emocionales, energéticos, espirituales que propiciaron dicha postura, desvelando las creencias personales que mantienen activos esos patrones.
Salvo casos de posturas debido a unas deformaciones estructurales de nacimiento, o a unas experiencias vivenciales modificando irremediablemente la estructura corporal tal como un accidente, cada persona tiene la posibilidad de volver a la “naturalidad animal y primaria” de su cuerpo, reconquistando el placer de sentir nuevamente la unidad y la armonía, trastornadas por las imprentas castradoras que, sin darnos cuenta, la mayoría del tiempo, le impusimos.
En la postura, se puede percibir a menudo unas escisiones, (tronco hacia adelante, lumbares hacia atrás, pecho hundido, pelvis hacia adelante, etc.). Esas escisiones físicas se manifiestan en el plano concreto, por ejemplo en la dificultad de ser coherente, uniendo el sentir con el pensar, el hablar y el actuar. Al reconocer esas escisiones físicas, agudizando la percepción, desvelando desde el sentir los patrones físicos impidiendo la armonía corporal, sin buscar cambiar nuestra postura desde la forma, se recobra la sensación de unidad.

CAMINAR
El caminar representa la conquista del plano vertical en el movimiento, el logro del humano de mantenerse conectado con la tierra, tendido a la vez hasta el cielo mientras se desplaza. Implicando la participación global de nuestro cuerpo, el caminar refleja nuestra manera de relacionarnos con este.
Si tenemos unos apoyos firmes, unas rodillas destrabadas permitiendo amortiguar y repartir nuestro peso de forma adecuada en la tierra, si nuestra columna está flexible, nuestro alineamiento adecuado, la energía circulará con fluidez en todo el cuerpo, y nuestra manera de andar reflejará gracia y naturalidad.
En cambio, un caminar que no produce placer, parecido a un acto mecánico, desvelara físicamente una relación perturbada con el cuerpo, una dificultad o carencia de goce en la puesta en movimiento, el descuido, el olvido o la negación de nuestra parte animal, etc.
Al hacer una lectura simbólica de nuestro caminar, se puede descubrir unas pautas de lecturas brindando la posibilidad de percibir la relación entre el andar y los otros planos del ser.
Teniendo en cuenta este acto básico repetido a diario, incorporando unas técnicas permitiéndote colaborar con tu cuerpo en su búsqueda de equilibrio en la acción, se conecta con la esencia del movimiento.

RESPIRACIÓN
La respiración es el aliento de la vida. Sin ésta, ningún ser vivo animado podría existir. Sus cuatro ritmos representan las estaciones, las cuatro fases del día, y las emociones principales; el miedo y el amor, de las cuales todas las otras proceden. La respiración conecta nuestro mundo interior al mundo exterior, creando una relación de dar y recibir constante entre todos los planos de nuestro ser y lo que nos rodea.
Nuestra manera de respirar es fluctuante, tanto como lo es su ritmo, conectado con el pulso de nuestro corazón. Se modifica en función de los acontecimientos de nuestra vida, y refleja nuestras vivencias tanto internas como externas.
La respiración es el espejo más potente a disposición de nuestro ser, puesto que está implicada en cualquier función física, estructural, orgánica, emocional, energética, afectiva y espiritual. Ningún proceso personal abarcando unos o varios planos del ser llegará a ser completo si nuestra respiración sigue revelando unas disfuncionalidades.
Al reconocer nuestros patrones respiratorios, al vivirlos con consciencia a través de unas meditaciones con soporte, ejercicios de visualización facilitando la toma de consciencia de sus características, se recobra progresivamente la naturalidad de este gesto corporal cíclico, clave esencial de una paz interior duradera.

POLARIDADES Y UNIDAD
En cualquier aspecto de la naturaleza aparecen polaridades; noche/día; luna/sol; invierno/verano; frío/calor, etc. También están presentes en el cuerpo humano; inhalación/exhalación; cerebro Izquierdo/derecho; brazo izquierdo/derecho; riñón izquierdo/derecho, etc.
El cuerpo es una totalidad que busca constantemente mantener el estado de equilibrio que preserve su integridad y su salud. Funciona como una unidad, pero muchas veces, tiene que adaptarse a algunas distorsiones que se generan y se manifiestan en uno de sus polaridades.
Las distorsiones en las polaridades pueden manifestarse de distintas maneras; un pulmón llenándose más que el otro; la falta de actividad de un lado compensada por una sobrecarga en el otro; el desarrollo de ciertos músculos a coste de otros; un bloqueo en una cadera al apoyar más un pie que el otro en el suelo, etc.
Cuando se crea un desequilibrio crónico o fijo en una polaridad, el cuerpo trata compensarlo alejándose de su estado de plenitud original. Al descubrir desde la percepción corporal esas “compensaciones corporales”, desvelando a qué parte damos más prioridad, se puede restablecer el equilibrio interno y externo despojando el cuerpo de la necesidad de compensar.

ALIMENTACIÓN
La forma de alimentarnos es uno de los pilares más importantes de la salud. Habitualmente no está en concordancia con las necesidades que tiene nuestro cuerpo y con su biología. La mayor parte de la gente tiene intolerancias y alergias que desconoce, manifestándose como síntomas físicos que no asocia a nada concreto. Esto puede afectar a cualquier órgano de nuestro cuerpo, y presentara síntomas no solo en los que realizan el proceso digestivo, sino también en aquellos donde el cuerpo acumule el tóxico del alérgeno.
La saturación de estas toxinas desarrollará enfermedades que la medicina convencional no suele asociar con este problema. Es de vital importancia conocer qué alimentos nos desarmonizan, para poder llevar una alimentación individualizada que respete la biología de nuestro cuerpo. Haciéndonos conscientes de esto y respetando las pautas individuales alimentarias, podemos conseguir revertir los problemas e ir hacia el camino de la salud y armonía interna.
La Auto-Kinesiología es una técnica sencilla que permite el acceso a la sabiduría de nuestro cuerpo por medio de un test muscular, pudiendo identificar fácilmente la alimentación adecuada para nosotros.

LA BIONERGÉTICA DEL CUERPO
Nuestro cuerpo físico está sostenido por una estructura bioenergética que reparte por todo el cuerpo la energía para poder realizar cualquier actividad: biológica, mental, dinámica, etc. Dentro de la estructura bioenergética puede haber bloqueos, excesos o defectos lo que ocasionaran un mal funcionamiento del cuerpo y de los órganos. Desarrollar la capacidad de percepción extrasensorial de nuestras manos permite detectar dónde tenemos problemas, y, por medio de la canalización de energía podemos auto regularlos nosotros mismos.
Conocer cómo funciona la energía corporal, sus circuitos, cómo percibirla y cómo emitirla es necesario si queremos auto gestionar nuestro cuerpo de forma eficiente. Herramientas como el Masaje Energético de Meridianos, Los Sonidos Curativos o el aprendizaje en el manejo de la energía con las manos, nos posibilita el tener nuestro sistema energético en armonía y saludable.

LA NATURALEZA
Vivimos inmersos en un mundo de tecnología, alejados de la naturaleza, olvidándonos del poder inmenso que tiene para regular nuestros ritmos biológicos. Antiguamente, el hombre tenía un contacto diario con la naturaleza de la cual dependía para cubrir sus necesidades básicas. Su supervivencia dependía de la relación que mantenía con esta, y de su capacidad de adaptación a sus ciclos, estaciones, cambios y ritmos. Ahora, no le hace falta buscar sus recursos en ella y por consecuencia ha perdiendo la consciencia de que pertenece a un ecosistema, que a su vez forma parte de un Todo.
El trabajo creativo y artístico con los 5 sentidos dentro de un medio natural, estimula la capacidad de observación y de percepción profunda de los fenómenos naturales, ayudándonos a regular nuestros ritmos biológicos y nuestra parte más instintiva, reconectándonos inconscientemente con nuestro poder intuitivo.
Prestando más atención a los actos implicando el cuerpo a diario, explorando distintas vías para conectarse con éste desde el sentir y la toma de consciencia, uno, se despoja de lo que le impide recobrar una naturalidad perdida u olvidada.
Al integrar estas herramientas podremos reconocer las distintas necesidades del cuerpo, aprendiendo a elegir con cual acercarnos a éste según lo que manifieste y procese, descubriendo un método que nos permitirá restaurar y auto-gestionar nuestra propia salud.
Profundizando la escucha del cuerpo y actuando de forma adecuada podremos mantener su equilibrio facilitando el contacto con nuestra esencia.

Fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario