La honestidad puede resultarnos muy dolorosa al principio. Pero a medio plazo nos libera de la cárcel mental en la que nosotros mismos nos hemos encerrado. Nos permite afrontar la verdad acerca de quiénes somos y de cómo nos relacionas con nuestro mundo interior. Así es como iniciamos el camino que nos conduce hacia nuestra salud y bienestar emocional. Cultivar la honestidad provoca una serie de efectos terapéuticos. Entre otros beneficios, destacan las siguientes cualidades, fortalezas y virtudes. Podemos utilizarlas a modo de indicadores, para verificar si verdaderamente nos hemos curado, erradicando de raíz la enfermedad del autoengaño.
- Disminución del miedo a conocernos y afrontar cara a cara nuestro lado oscuro.
- Incapacidad para seguir llevando una máscara para agradar a los demás y ser aceptados por nuestro entorno social y laboral.
- Menor habilidad para meter debajo de la alfombra nuestros problemas y conflictos emocionales.
- Fortaleza para cuestionarnos, identificando la falsedad y las mentiras que pueden estar formando parte de nuestra vida.
- Pérdida de interés en justificarnos cada vez que alguien señala alguno de nuestros defectos.
- Aumento de motivación para desarrollar nuestro potencial como seres humanos.
- Frecuentes episodios de alivio por no tener que fingir ser quienes no somos y tampoco necesitar ser aprobados por la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario