1- Elige a alguien como si fueras ciego. Cierra los ojos y observa qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.
2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender. Si hay algo que verdaderamente hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.
3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez. Para no confundir el significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún en algún lugar profundo en su mente, o en su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial. ¡Entonces no sirve de nada!
4- Elige a alguien que cuando lo hieras, sienta dolor y te lo muestre. Y viceversa… elige a alguien que cuando te hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy importante. Hay muchos modos en que la gente muestra el dolor. A veces reclamando es una de las cosas que hacen las personas más extrovertidas. Reclaman, se vuelven locos… pero es su propia expresión de dolor. Lo peor es cuando le haces a tu compañero algo que no es amable, o que es impensado y él no muestra reacción. Como si no se permitiera a sí mismo mostrarse verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas relaciones o unas cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos pasar nuestra vida. Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con grandes esperanzas pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado, te vas a encontrar con otro que no está intacto, que también está herido de algún modo. Como resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de mostrar su dolor es tan importante como su habilidad para percibir tu dolor. ¡Es muy importante! Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de tensión en que presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede ser evitado completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente tiene que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y sufrimiento, heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la habilidad de herir al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de herirlo. Entonces debe ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en la otra persona.
5- Elige a una persona que tenga una vida interior. Trabajando, dibujando, escribiendo, a través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una persona que esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero de viaje. La habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo enteramente separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay momentos para estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.
6- Elige a alguien que tenga pasiones similares a las tuyas en la vida. Una relación construye una memoria. Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la relación. Por el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los tiempos duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy difícil pasar estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy distinto del otro y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan simple como descansar juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o dar vuelta a la manzana cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple… sé que estarás pensando, cepillarse juntos los dientes a la mañana… Si, poco más que esto.
7- Elige a alguien que tenga valores similares En cuanto a tener hijos, al nacimiento de los niños, la familia, roles de hombres y mujeres y las ideas acerca del dinero y la religión. Tal vez todas estas cosas juntas son el ideal y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la relación, pero puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores similares tiene que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas cosas deben sintonizarse si ha verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse también en un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más fácil que pueda darse en otros niveles más sutiles.
8- Elige a alguien compasivo, a alguien que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo. Particularmente si eres una persona impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú, eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro… no un milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una relación por la profunda guía del amor.
9- Elige a alguien que se pueda reír de sí mismo. Poder hacer un chiste y reír de la situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no tienes un compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión y aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga habilidad para aprender)
10- Elige a alguien a quien puedas tolerarle las fallas y características. En los momentos de tensión y cansancio, las cosas que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras, serían las que después te volvería loca… Así que no pienses que podrías vivir con alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que para ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.
11- Ser amigos y no sólo amantes. Y no es solo que digas “si yo sé lo que eso significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más que eso y un modo de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás dispuesta a hacer por tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás dispuesta a hablar de las cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar atención a los detalles de lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no significa que tengan que estar cuidándose el uno al otro siempre y para siempre, pero sobre ciertas bases y en algunos detalles por cierto que deben hacerlo. Entonces cuando pienses en lo que harías por tu mejor amigo y en lo que harías por tu amante, las cosas se aclararán para ti.
12- Elije a alguien que haga tu vida más grande y no más pequeña.
Clarissa Pinkola Estés
EL SENDERO DE ARIAMÁN
lunes, 6 de abril de 2015
miércoles, 25 de marzo de 2015
CREADORES DE NUESTRO PROPIO UNIVERSO
Como dice Gregg Braden en su obra ''La Matriz Divina'' somos los artistas y a la vez la obra de arte. Ser creadores en cada momento es un gran poder y una gran responsabilidad. Pues en cada momento, somos el resultado encarnado de lo que hemos creado en el momento anterior. En cada momento nos estamos alimentando de lo que hemos creado anteriormente y de lo que, posiblemente en función de ello, decidimos crear ahora para nuestro mañana.
Comprender como funciona lo absoluto en ti empieza por decidir lo que entra por la puerta. Dejar fuera todo aquello que no se quiere y dejar ENTRAR todo aquello que queremos. Esta elección consciente de alimentar lo bueno que hay en nosotros en cada segundo, a través del silencio interno y del orden, hace que concretemos y dejemos de dispersar energía. Si tenemos ideas contradictorias, proyecciones contradictorias, recibiremos dispersión de vuelta por la confusión desde la que se crea. Saber desde dónde proceden esas contradicciones, atajar el deseo y la carencia que nos impulsa a ello, nos permite transmutarla a través de la palabra, la compasión y el agradecimiento. Por ello, todo empieza y termina por Ordenar el Caos.
En la práctica, podría ser por ejemplo, concretar en cada momento con el pensamiento, la imagen y la palabra, aquello que queremos invocar para que nos regrese de vuelta. Hablo de cada instante, pues todo empieza ahora. Sintiendo el agradecimiento al invocar, pues siempre cumplimos nuestros deseos, seamos o no conscientes de ello. Tu mente es un reflejo fractal de lo que algunos llaman Dios... Tu cuerpo es portador de un mundo de más de 50 millones de células que en cada momento velan por tu bienestar y supervivencia. Y tú eres el Dios y la Diosa de tu propio universo. Puedes recrear tu vida en cada momento. Todo empieza por la elección consciente de lo que dejas fuera y lo que decides alimentar en tu vida... Porque aunque no lo creas, tienes el absoluto poder de crear en cada momento. De hecho, nunca puedes dejar de hacerlo... Si lo grande mueve lo pequeño, puedo invertir la fórmula, lo pequeño mueve a lo grande. ¿A caso lo grande no es resultado de lo pequeño concretado y previamente alimentado?
Es hora de elegir crear una vida a través de nuestros deseos esenciales, concretando esos deseos que el corazón recuerda, más allá del deseo de un ego inválido.
Las herramientas las tienes, siempre las has tenido, no tienes que mirar fuera... Atrévete a mirar dentro y toma tierra, pues los sueños son para disfrutarlos aquí.
domingo, 18 de enero de 2015
OCHO CLAVES PARA TU CAMINO HACIA LA CONSCIENCIA CORPORAL
El humano es un ser global abarcando distintos planos; físico, emocional, estructural, químico, energético, afectivo, relacional. Se manifiesta en el plano concreto a través de su cuerpo, reflejando todos los otros aspectos de su ser.
A lo largo de cada día, el cuerpo procesa todo tipo de informaciones, proviniendo del interior o del exterior, y relacionándose entre sí.
En general, una persona está despierta alrededor de unas 16 horas, y dormida otras 8 ¿Pero cuántas horas en vigila estamos consciente de nuestro cuerpo?
La mayoría del tiempo, lo tratamos como si fuese una máquina. Damos por sentado que responderá a nuestras necesidades rutinarias. No le prestamos atención. Lo negamos como si no existiese o que su única función era de obedecernos como un buen esclavo adiestrado, enfocando nuestra atención en los asuntos mentales que nuestras vivencias estimulan, a los cuales solemos dar la prioridad.
Olvidado, descuidado, al recibir presiones diarias, a menudo el cuerpo termina por agotarse y, entonces, empieza a pedir la atención que le falta para recuperar el equilibrio perdido, manifestándose a través de dolencias de cualquier tipo. Según nuestra respuesta a sus pedidos, se recuperará, o seguirá enviándonos señales cada vez más fuertes hasta que lo escuchemos.
Cuando por fin, al perder la salud, nos damos cuenta que nuestro cuerpo existe y que nos conviene tomarle en cuenta, empezamos a buscar unas soluciones externas, suponiendo que éstas resolverán las problemáticas de las cuales padece. Según nuestras preferencias, elegiremos un tipo de terapia, unas actividades físicas específicas, pensando que nos brindarán las soluciones permitiendo a nuestro cuerpo recobrar su equilibrio.
Cualquier técnica en la cual creamos puede ser muy válida cuando se pone al servicio del cuerpo y se aplica en función de las necesidades que manifiesta en un momento dado. Pero si la experiencia corporal aliviadora no está apoyada por una consciencia de ésta, o si dejamos de escuchar el cuerpo una vez percibida una mejora momentánea, la información se perderá y las dolencias volverán. Únicamente si realmente incorporamos dicha información, es decir, si la procesamos internamente escuchando lo que estimula en nuestro cuerpo, podremos restablecer la armonía interior perdida.
Para crear un contacto verdadero con nuestro cuerpo, es necesario aprender a escucharlo en profundidad, (no solamente de vez en cuando), y, sobre todo, hace falta responsabilizarse de la relación que tenemos con éste, sosteniéndola, ya que de esta relación dependerá la armonía interna, y, por ende, externa.
Solamente cuando llevamos nuestra atención conscientemente hacia nuestro cuerpo y lo escuchamos con disponibilidad, y abertura plena sin expectativas o pre-conceptualización de lo que tiene que hacer, puede empezar a “hablarnos”, contándonos lo que realmente necesita, lo que hace falta a nuestro ser global del cual el cuerpo es el espejo.
Aprendiendo a relacionarnos con constancia con nuestro cuerpo, a diario, podemos sentir mejoras verdaderamente duraderas. Y, puesto que estamos 16 horas conscientes, el primer paso, el más accesible para acercarnos a éste, es sencillamente aprender a escucharlo y sentirlo en nuestros actos más básicos, cotidianos; el respirar, la postura corporal, el caminar, la alimentación, entre otros.
No solemos prestar atención a estos actos, puesto que, al ser tan común, no les damos importancia. Sin embargo, son los pilares de toda nuestra existencia. A través de ochos pilares clave, podemos empezar a recuperar la conciencia corporal y a desarrollar la capacidad de auto-sanación y auto-gestión de nuestra salud:
ENRAIZAMIENTO
Los humanos están conectados al suelo a través de sus piernas y de sus pies. Si la conexión de una persona con la tierra es fuerte, sostenida y consciente, estará conectada con las realidades básicas de la vida, sus necesidades primordiales, pudiendo respetarlas y propiciárselas.
Al poder apoyarse firmemente en su base y en la tierra, esta persona será confiada, tendrá una seguridad en sí misma y sabrá dónde está parada. Sosteniéndose firmemente en el suelo, será más propensa a actuar con determinación. La sensación de tener el apoyo incondicional de la tierra se reflejará en el plano espiritual, este sostén permitiendo el desarrollar una fe basada en la sensación física, y no en el sólo plano mental.
Al nivel relacional, un individuo enraizado no tendrá miedo de perder la conexión consigo mismo frente a otros, arriesgándose a experimentar nuevas sensaciones, nuevas formas de compartir y de intercambiar. Aceptará con más calma los procesos emocionales dolorosos, confiando en sus apoyos, tal un árbol con raíces fuertes sigue en pie en una tormenta.
Desde un enraizamiento sólido, se puede desarrollar una postura con un alineamiento adecuado, permitiendo una puesta en movimiento más placentera, adaptada a las necesidades diarias.
A través de juegos, masajes, estiramientos, movimientos, propiciando la toma de consciencia de nuestra forma de enraizarse, se recobra el placer de sentirse anclado en la tierra.
POSTURA
La postura refleja nuestra manera de plantear cara al mundo, la relación que tenemos con nosotros mismos, con los distintos planos de nuestro ser.
Si hiciésemos una lectura simbólica de nuestra postura, podríamos descubrir los patrones emocionales, energéticos, espirituales que propiciaron dicha postura, desvelando las creencias personales que mantienen activos esos patrones.
Salvo casos de posturas debido a unas deformaciones estructurales de nacimiento, o a unas experiencias vivenciales modificando irremediablemente la estructura corporal tal como un accidente, cada persona tiene la posibilidad de volver a la “naturalidad animal y primaria” de su cuerpo, reconquistando el placer de sentir nuevamente la unidad y la armonía, trastornadas por las imprentas castradoras que, sin darnos cuenta, la mayoría del tiempo, le impusimos.
En la postura, se puede percibir a menudo unas escisiones, (tronco hacia adelante, lumbares hacia atrás, pecho hundido, pelvis hacia adelante, etc.). Esas escisiones físicas se manifiestan en el plano concreto, por ejemplo en la dificultad de ser coherente, uniendo el sentir con el pensar, el hablar y el actuar. Al reconocer esas escisiones físicas, agudizando la percepción, desvelando desde el sentir los patrones físicos impidiendo la armonía corporal, sin buscar cambiar nuestra postura desde la forma, se recobra la sensación de unidad.
CAMINAR
El caminar representa la conquista del plano vertical en el movimiento, el logro del humano de mantenerse conectado con la tierra, tendido a la vez hasta el cielo mientras se desplaza. Implicando la participación global de nuestro cuerpo, el caminar refleja nuestra manera de relacionarnos con este.
Si tenemos unos apoyos firmes, unas rodillas destrabadas permitiendo amortiguar y repartir nuestro peso de forma adecuada en la tierra, si nuestra columna está flexible, nuestro alineamiento adecuado, la energía circulará con fluidez en todo el cuerpo, y nuestra manera de andar reflejará gracia y naturalidad.
En cambio, un caminar que no produce placer, parecido a un acto mecánico, desvelara físicamente una relación perturbada con el cuerpo, una dificultad o carencia de goce en la puesta en movimiento, el descuido, el olvido o la negación de nuestra parte animal, etc.
Al hacer una lectura simbólica de nuestro caminar, se puede descubrir unas pautas de lecturas brindando la posibilidad de percibir la relación entre el andar y los otros planos del ser.
Teniendo en cuenta este acto básico repetido a diario, incorporando unas técnicas permitiéndote colaborar con tu cuerpo en su búsqueda de equilibrio en la acción, se conecta con la esencia del movimiento.
RESPIRACIÓN
La respiración es el aliento de la vida. Sin ésta, ningún ser vivo animado podría existir. Sus cuatro ritmos representan las estaciones, las cuatro fases del día, y las emociones principales; el miedo y el amor, de las cuales todas las otras proceden. La respiración conecta nuestro mundo interior al mundo exterior, creando una relación de dar y recibir constante entre todos los planos de nuestro ser y lo que nos rodea.
Nuestra manera de respirar es fluctuante, tanto como lo es su ritmo, conectado con el pulso de nuestro corazón. Se modifica en función de los acontecimientos de nuestra vida, y refleja nuestras vivencias tanto internas como externas.
La respiración es el espejo más potente a disposición de nuestro ser, puesto que está implicada en cualquier función física, estructural, orgánica, emocional, energética, afectiva y espiritual. Ningún proceso personal abarcando unos o varios planos del ser llegará a ser completo si nuestra respiración sigue revelando unas disfuncionalidades.
Al reconocer nuestros patrones respiratorios, al vivirlos con consciencia a través de unas meditaciones con soporte, ejercicios de visualización facilitando la toma de consciencia de sus características, se recobra progresivamente la naturalidad de este gesto corporal cíclico, clave esencial de una paz interior duradera.
POLARIDADES Y UNIDAD
En cualquier aspecto de la naturaleza aparecen polaridades; noche/día; luna/sol; invierno/verano; frío/calor, etc. También están presentes en el cuerpo humano; inhalación/exhalación; cerebro Izquierdo/derecho; brazo izquierdo/derecho; riñón izquierdo/derecho, etc.
El cuerpo es una totalidad que busca constantemente mantener el estado de equilibrio que preserve su integridad y su salud. Funciona como una unidad, pero muchas veces, tiene que adaptarse a algunas distorsiones que se generan y se manifiestan en uno de sus polaridades.
Las distorsiones en las polaridades pueden manifestarse de distintas maneras; un pulmón llenándose más que el otro; la falta de actividad de un lado compensada por una sobrecarga en el otro; el desarrollo de ciertos músculos a coste de otros; un bloqueo en una cadera al apoyar más un pie que el otro en el suelo, etc.
Cuando se crea un desequilibrio crónico o fijo en una polaridad, el cuerpo trata compensarlo alejándose de su estado de plenitud original. Al descubrir desde la percepción corporal esas “compensaciones corporales”, desvelando a qué parte damos más prioridad, se puede restablecer el equilibrio interno y externo despojando el cuerpo de la necesidad de compensar.
ALIMENTACIÓN
La forma de alimentarnos es uno de los pilares más importantes de la salud. Habitualmente no está en concordancia con las necesidades que tiene nuestro cuerpo y con su biología. La mayor parte de la gente tiene intolerancias y alergias que desconoce, manifestándose como síntomas físicos que no asocia a nada concreto. Esto puede afectar a cualquier órgano de nuestro cuerpo, y presentara síntomas no solo en los que realizan el proceso digestivo, sino también en aquellos donde el cuerpo acumule el tóxico del alérgeno.
La saturación de estas toxinas desarrollará enfermedades que la medicina convencional no suele asociar con este problema. Es de vital importancia conocer qué alimentos nos desarmonizan, para poder llevar una alimentación individualizada que respete la biología de nuestro cuerpo. Haciéndonos conscientes de esto y respetando las pautas individuales alimentarias, podemos conseguir revertir los problemas e ir hacia el camino de la salud y armonía interna.
La Auto-Kinesiología es una técnica sencilla que permite el acceso a la sabiduría de nuestro cuerpo por medio de un test muscular, pudiendo identificar fácilmente la alimentación adecuada para nosotros.
LA BIONERGÉTICA DEL CUERPO
Nuestro cuerpo físico está sostenido por una estructura bioenergética que reparte por todo el cuerpo la energía para poder realizar cualquier actividad: biológica, mental, dinámica, etc. Dentro de la estructura bioenergética puede haber bloqueos, excesos o defectos lo que ocasionaran un mal funcionamiento del cuerpo y de los órganos. Desarrollar la capacidad de percepción extrasensorial de nuestras manos permite detectar dónde tenemos problemas, y, por medio de la canalización de energía podemos auto regularlos nosotros mismos.
Conocer cómo funciona la energía corporal, sus circuitos, cómo percibirla y cómo emitirla es necesario si queremos auto gestionar nuestro cuerpo de forma eficiente. Herramientas como el Masaje Energético de Meridianos, Los Sonidos Curativos o el aprendizaje en el manejo de la energía con las manos, nos posibilita el tener nuestro sistema energético en armonía y saludable.
LA NATURALEZA
Vivimos inmersos en un mundo de tecnología, alejados de la naturaleza, olvidándonos del poder inmenso que tiene para regular nuestros ritmos biológicos. Antiguamente, el hombre tenía un contacto diario con la naturaleza de la cual dependía para cubrir sus necesidades básicas. Su supervivencia dependía de la relación que mantenía con esta, y de su capacidad de adaptación a sus ciclos, estaciones, cambios y ritmos. Ahora, no le hace falta buscar sus recursos en ella y por consecuencia ha perdiendo la consciencia de que pertenece a un ecosistema, que a su vez forma parte de un Todo.
El trabajo creativo y artístico con los 5 sentidos dentro de un medio natural, estimula la capacidad de observación y de percepción profunda de los fenómenos naturales, ayudándonos a regular nuestros ritmos biológicos y nuestra parte más instintiva, reconectándonos inconscientemente con nuestro poder intuitivo.
Prestando más atención a los actos implicando el cuerpo a diario, explorando distintas vías para conectarse con éste desde el sentir y la toma de consciencia, uno, se despoja de lo que le impide recobrar una naturalidad perdida u olvidada.
Al integrar estas herramientas podremos reconocer las distintas necesidades del cuerpo, aprendiendo a elegir con cual acercarnos a éste según lo que manifieste y procese, descubriendo un método que nos permitirá restaurar y auto-gestionar nuestra propia salud.
Profundizando la escucha del cuerpo y actuando de forma adecuada podremos mantener su equilibrio facilitando el contacto con nuestra esencia.
Fuente
A lo largo de cada día, el cuerpo procesa todo tipo de informaciones, proviniendo del interior o del exterior, y relacionándose entre sí.
En general, una persona está despierta alrededor de unas 16 horas, y dormida otras 8 ¿Pero cuántas horas en vigila estamos consciente de nuestro cuerpo?
La mayoría del tiempo, lo tratamos como si fuese una máquina. Damos por sentado que responderá a nuestras necesidades rutinarias. No le prestamos atención. Lo negamos como si no existiese o que su única función era de obedecernos como un buen esclavo adiestrado, enfocando nuestra atención en los asuntos mentales que nuestras vivencias estimulan, a los cuales solemos dar la prioridad.
Olvidado, descuidado, al recibir presiones diarias, a menudo el cuerpo termina por agotarse y, entonces, empieza a pedir la atención que le falta para recuperar el equilibrio perdido, manifestándose a través de dolencias de cualquier tipo. Según nuestra respuesta a sus pedidos, se recuperará, o seguirá enviándonos señales cada vez más fuertes hasta que lo escuchemos.
Cuando por fin, al perder la salud, nos damos cuenta que nuestro cuerpo existe y que nos conviene tomarle en cuenta, empezamos a buscar unas soluciones externas, suponiendo que éstas resolverán las problemáticas de las cuales padece. Según nuestras preferencias, elegiremos un tipo de terapia, unas actividades físicas específicas, pensando que nos brindarán las soluciones permitiendo a nuestro cuerpo recobrar su equilibrio.
Cualquier técnica en la cual creamos puede ser muy válida cuando se pone al servicio del cuerpo y se aplica en función de las necesidades que manifiesta en un momento dado. Pero si la experiencia corporal aliviadora no está apoyada por una consciencia de ésta, o si dejamos de escuchar el cuerpo una vez percibida una mejora momentánea, la información se perderá y las dolencias volverán. Únicamente si realmente incorporamos dicha información, es decir, si la procesamos internamente escuchando lo que estimula en nuestro cuerpo, podremos restablecer la armonía interior perdida.
Para crear un contacto verdadero con nuestro cuerpo, es necesario aprender a escucharlo en profundidad, (no solamente de vez en cuando), y, sobre todo, hace falta responsabilizarse de la relación que tenemos con éste, sosteniéndola, ya que de esta relación dependerá la armonía interna, y, por ende, externa.
Solamente cuando llevamos nuestra atención conscientemente hacia nuestro cuerpo y lo escuchamos con disponibilidad, y abertura plena sin expectativas o pre-conceptualización de lo que tiene que hacer, puede empezar a “hablarnos”, contándonos lo que realmente necesita, lo que hace falta a nuestro ser global del cual el cuerpo es el espejo.
Aprendiendo a relacionarnos con constancia con nuestro cuerpo, a diario, podemos sentir mejoras verdaderamente duraderas. Y, puesto que estamos 16 horas conscientes, el primer paso, el más accesible para acercarnos a éste, es sencillamente aprender a escucharlo y sentirlo en nuestros actos más básicos, cotidianos; el respirar, la postura corporal, el caminar, la alimentación, entre otros.
No solemos prestar atención a estos actos, puesto que, al ser tan común, no les damos importancia. Sin embargo, son los pilares de toda nuestra existencia. A través de ochos pilares clave, podemos empezar a recuperar la conciencia corporal y a desarrollar la capacidad de auto-sanación y auto-gestión de nuestra salud:
ENRAIZAMIENTO
Los humanos están conectados al suelo a través de sus piernas y de sus pies. Si la conexión de una persona con la tierra es fuerte, sostenida y consciente, estará conectada con las realidades básicas de la vida, sus necesidades primordiales, pudiendo respetarlas y propiciárselas.
Al poder apoyarse firmemente en su base y en la tierra, esta persona será confiada, tendrá una seguridad en sí misma y sabrá dónde está parada. Sosteniéndose firmemente en el suelo, será más propensa a actuar con determinación. La sensación de tener el apoyo incondicional de la tierra se reflejará en el plano espiritual, este sostén permitiendo el desarrollar una fe basada en la sensación física, y no en el sólo plano mental.
Al nivel relacional, un individuo enraizado no tendrá miedo de perder la conexión consigo mismo frente a otros, arriesgándose a experimentar nuevas sensaciones, nuevas formas de compartir y de intercambiar. Aceptará con más calma los procesos emocionales dolorosos, confiando en sus apoyos, tal un árbol con raíces fuertes sigue en pie en una tormenta.
Desde un enraizamiento sólido, se puede desarrollar una postura con un alineamiento adecuado, permitiendo una puesta en movimiento más placentera, adaptada a las necesidades diarias.
A través de juegos, masajes, estiramientos, movimientos, propiciando la toma de consciencia de nuestra forma de enraizarse, se recobra el placer de sentirse anclado en la tierra.
POSTURA
La postura refleja nuestra manera de plantear cara al mundo, la relación que tenemos con nosotros mismos, con los distintos planos de nuestro ser.
Si hiciésemos una lectura simbólica de nuestra postura, podríamos descubrir los patrones emocionales, energéticos, espirituales que propiciaron dicha postura, desvelando las creencias personales que mantienen activos esos patrones.
Salvo casos de posturas debido a unas deformaciones estructurales de nacimiento, o a unas experiencias vivenciales modificando irremediablemente la estructura corporal tal como un accidente, cada persona tiene la posibilidad de volver a la “naturalidad animal y primaria” de su cuerpo, reconquistando el placer de sentir nuevamente la unidad y la armonía, trastornadas por las imprentas castradoras que, sin darnos cuenta, la mayoría del tiempo, le impusimos.
En la postura, se puede percibir a menudo unas escisiones, (tronco hacia adelante, lumbares hacia atrás, pecho hundido, pelvis hacia adelante, etc.). Esas escisiones físicas se manifiestan en el plano concreto, por ejemplo en la dificultad de ser coherente, uniendo el sentir con el pensar, el hablar y el actuar. Al reconocer esas escisiones físicas, agudizando la percepción, desvelando desde el sentir los patrones físicos impidiendo la armonía corporal, sin buscar cambiar nuestra postura desde la forma, se recobra la sensación de unidad.
CAMINAR
El caminar representa la conquista del plano vertical en el movimiento, el logro del humano de mantenerse conectado con la tierra, tendido a la vez hasta el cielo mientras se desplaza. Implicando la participación global de nuestro cuerpo, el caminar refleja nuestra manera de relacionarnos con este.
Si tenemos unos apoyos firmes, unas rodillas destrabadas permitiendo amortiguar y repartir nuestro peso de forma adecuada en la tierra, si nuestra columna está flexible, nuestro alineamiento adecuado, la energía circulará con fluidez en todo el cuerpo, y nuestra manera de andar reflejará gracia y naturalidad.
En cambio, un caminar que no produce placer, parecido a un acto mecánico, desvelara físicamente una relación perturbada con el cuerpo, una dificultad o carencia de goce en la puesta en movimiento, el descuido, el olvido o la negación de nuestra parte animal, etc.
Al hacer una lectura simbólica de nuestro caminar, se puede descubrir unas pautas de lecturas brindando la posibilidad de percibir la relación entre el andar y los otros planos del ser.
Teniendo en cuenta este acto básico repetido a diario, incorporando unas técnicas permitiéndote colaborar con tu cuerpo en su búsqueda de equilibrio en la acción, se conecta con la esencia del movimiento.
RESPIRACIÓN
La respiración es el aliento de la vida. Sin ésta, ningún ser vivo animado podría existir. Sus cuatro ritmos representan las estaciones, las cuatro fases del día, y las emociones principales; el miedo y el amor, de las cuales todas las otras proceden. La respiración conecta nuestro mundo interior al mundo exterior, creando una relación de dar y recibir constante entre todos los planos de nuestro ser y lo que nos rodea.
Nuestra manera de respirar es fluctuante, tanto como lo es su ritmo, conectado con el pulso de nuestro corazón. Se modifica en función de los acontecimientos de nuestra vida, y refleja nuestras vivencias tanto internas como externas.
La respiración es el espejo más potente a disposición de nuestro ser, puesto que está implicada en cualquier función física, estructural, orgánica, emocional, energética, afectiva y espiritual. Ningún proceso personal abarcando unos o varios planos del ser llegará a ser completo si nuestra respiración sigue revelando unas disfuncionalidades.
Al reconocer nuestros patrones respiratorios, al vivirlos con consciencia a través de unas meditaciones con soporte, ejercicios de visualización facilitando la toma de consciencia de sus características, se recobra progresivamente la naturalidad de este gesto corporal cíclico, clave esencial de una paz interior duradera.
POLARIDADES Y UNIDAD
En cualquier aspecto de la naturaleza aparecen polaridades; noche/día; luna/sol; invierno/verano; frío/calor, etc. También están presentes en el cuerpo humano; inhalación/exhalación; cerebro Izquierdo/derecho; brazo izquierdo/derecho; riñón izquierdo/derecho, etc.
El cuerpo es una totalidad que busca constantemente mantener el estado de equilibrio que preserve su integridad y su salud. Funciona como una unidad, pero muchas veces, tiene que adaptarse a algunas distorsiones que se generan y se manifiestan en uno de sus polaridades.
Las distorsiones en las polaridades pueden manifestarse de distintas maneras; un pulmón llenándose más que el otro; la falta de actividad de un lado compensada por una sobrecarga en el otro; el desarrollo de ciertos músculos a coste de otros; un bloqueo en una cadera al apoyar más un pie que el otro en el suelo, etc.
Cuando se crea un desequilibrio crónico o fijo en una polaridad, el cuerpo trata compensarlo alejándose de su estado de plenitud original. Al descubrir desde la percepción corporal esas “compensaciones corporales”, desvelando a qué parte damos más prioridad, se puede restablecer el equilibrio interno y externo despojando el cuerpo de la necesidad de compensar.
ALIMENTACIÓN
La forma de alimentarnos es uno de los pilares más importantes de la salud. Habitualmente no está en concordancia con las necesidades que tiene nuestro cuerpo y con su biología. La mayor parte de la gente tiene intolerancias y alergias que desconoce, manifestándose como síntomas físicos que no asocia a nada concreto. Esto puede afectar a cualquier órgano de nuestro cuerpo, y presentara síntomas no solo en los que realizan el proceso digestivo, sino también en aquellos donde el cuerpo acumule el tóxico del alérgeno.
La saturación de estas toxinas desarrollará enfermedades que la medicina convencional no suele asociar con este problema. Es de vital importancia conocer qué alimentos nos desarmonizan, para poder llevar una alimentación individualizada que respete la biología de nuestro cuerpo. Haciéndonos conscientes de esto y respetando las pautas individuales alimentarias, podemos conseguir revertir los problemas e ir hacia el camino de la salud y armonía interna.
La Auto-Kinesiología es una técnica sencilla que permite el acceso a la sabiduría de nuestro cuerpo por medio de un test muscular, pudiendo identificar fácilmente la alimentación adecuada para nosotros.
LA BIONERGÉTICA DEL CUERPO
Nuestro cuerpo físico está sostenido por una estructura bioenergética que reparte por todo el cuerpo la energía para poder realizar cualquier actividad: biológica, mental, dinámica, etc. Dentro de la estructura bioenergética puede haber bloqueos, excesos o defectos lo que ocasionaran un mal funcionamiento del cuerpo y de los órganos. Desarrollar la capacidad de percepción extrasensorial de nuestras manos permite detectar dónde tenemos problemas, y, por medio de la canalización de energía podemos auto regularlos nosotros mismos.
Conocer cómo funciona la energía corporal, sus circuitos, cómo percibirla y cómo emitirla es necesario si queremos auto gestionar nuestro cuerpo de forma eficiente. Herramientas como el Masaje Energético de Meridianos, Los Sonidos Curativos o el aprendizaje en el manejo de la energía con las manos, nos posibilita el tener nuestro sistema energético en armonía y saludable.
LA NATURALEZA
Vivimos inmersos en un mundo de tecnología, alejados de la naturaleza, olvidándonos del poder inmenso que tiene para regular nuestros ritmos biológicos. Antiguamente, el hombre tenía un contacto diario con la naturaleza de la cual dependía para cubrir sus necesidades básicas. Su supervivencia dependía de la relación que mantenía con esta, y de su capacidad de adaptación a sus ciclos, estaciones, cambios y ritmos. Ahora, no le hace falta buscar sus recursos en ella y por consecuencia ha perdiendo la consciencia de que pertenece a un ecosistema, que a su vez forma parte de un Todo.
El trabajo creativo y artístico con los 5 sentidos dentro de un medio natural, estimula la capacidad de observación y de percepción profunda de los fenómenos naturales, ayudándonos a regular nuestros ritmos biológicos y nuestra parte más instintiva, reconectándonos inconscientemente con nuestro poder intuitivo.
Prestando más atención a los actos implicando el cuerpo a diario, explorando distintas vías para conectarse con éste desde el sentir y la toma de consciencia, uno, se despoja de lo que le impide recobrar una naturalidad perdida u olvidada.
Al integrar estas herramientas podremos reconocer las distintas necesidades del cuerpo, aprendiendo a elegir con cual acercarnos a éste según lo que manifieste y procese, descubriendo un método que nos permitirá restaurar y auto-gestionar nuestra propia salud.
Profundizando la escucha del cuerpo y actuando de forma adecuada podremos mantener su equilibrio facilitando el contacto con nuestra esencia.
Fuente
jueves, 8 de enero de 2015
EL MISTERIO DE LAS COINCIDENCIAS
Cuando uno llega a una edad avanzada y evoca su vida, ésta parece haber tenido un orden y un plan, como si la hubiera compuesto un novelista. Acontecimientos que en su momento parecían accidentales e irrelevantes se manifiestan como factores indispensables en la composición de una trama coherente. Así como nuestros sueños incluyen un aspecto de nosotros mismos que nuestra conciencia desconoce, nuestra vida entera está compuesta por la voluntad que hay dentro de nosotros. Y así como personas a quienes nosotros conocimos por casualidad se convirtieron en agentes decisivos en la estructuración de nuestra vida, también nosotros hemos servido inadvertidamente como agentes, dando sentido a vidas ajenas.
La totalidad de estos elementos se unen como una gran sinfonía, y todo se estructura inconscientemente con todo lo demás… El grandioso sueño de un solo soñador, donde todos los personajes del sueño también sueñan… Todo guarda una relación mutua con todo lo demás, así que no podemos culpar a nadie por nada. Es como si hubiera una intención única detrás de todo ello que siempre cobra un cierto sentido, aunque ninguno de nosotros sabe cuál es, o si ha vivido la vida que se proponía (Schopenhauer – Joseph Campbell)
Si estamos verdaderamente comprometidos a realizar nuestro sueño, descubriremos que existe una fuerza poderosa que está más allá de nosotros y nuestra voluntad consciente, una fuerza que nos ayuda en el camino, alimentando nuestra búsqueda y transformación (Joseph Jaworski)
A menudo he tenido experiencias, aparentemente accidentales, tanto en el trabajo como en mi vida privada, y siempre me he sentido intrigado por ellas y me he preguntado cómo ocurren…
Mi indagación de la sincronicidad surgió de una serie de sucesos existenciales que me llevaron a un proceso de transformación interna… las cosas empezaron a encajar sin esfuerzo y comencé a descubrir personas notables que me prestarían una ayuda inestimable. (Joseph Jaworski)
Comenzamos a darnos cuenta de que ciertas cosas son atraídas repentinamente hacia nosotros de maneras muy sorprendentes. Comienza a operar una estructura de causas subyacentes, un conjunto de fuerzas, como si estuviéramos rodeados por un cambio magnético en el que los imanes se alinearan automáticamente. Pero dicho alineamiento no es espontáneo en absoluto, se trata simplemente de que los imanes están respondiendo a un nivel de causalidad más sutil. (Peter Senge)
Hay dos cosas en las que he llegado a creer, implícitamente, acerca del mundo en que vivimos, una es que nada de lo que en él ocurre es independiente de cualquier otra cosa. La otra es que nada de lo que ocurre es completamente fortuito y producido del azar. Estas dos creencias son partes de la misma intuición: si todo lo que ocurre está de alguna manera enlazado con todo lo demás, ello quiere decir que todo actúa de alguna manera sobre todo lo demás.
Nada ocurre de una manera puramente azarosa.
No existe tal cosa que sea pura coincidencia.
Cuando algo ocurre, lo hace en cierta relación, a pesar de su probabilidad extremadamente sutil, con otras que pasan o han pasado dentro de esa región de espacio y del tiempo (Ervin Laszlo)
Todos hemos tenido esos momentos perfectos en los que todas las cosas parecen encajar de una manera casi increíble en los que los sucesos que no podíamos prever, y mucho menos controlar, parecen guiar notablemente nuestro camino. A estas alturas, tu vida se convierte en una serie de milagros predecibles (Joseph Jaworski)
En cualquier momento pueden ocurrir coincidencias significativas…
Podemos estar enfrascados en nuestros asuntos diarios cuando, sin previo aviso, se produce un hecho fortuito que atrae nuestra atención.
Puede que nos dé por pensar en un viejo amigo que hacía años que no acudía a nuestra mente y luego, después de haberlo olvidado por completo, resulta que al día siguiente nos encontramos con él…
Las coincidencias pueden tener que ver con la oportuna llegada de cierta información especial que no sabíamos cómo conseguir, o con la súbita comprensión de que la experiencia que vivimos en el pasado, con cierto interés, era en realidad una preparación o un trabajo.
Al margen de los detalles con que pueda presentarse una coincidencia particular, el hecho es que resulta demasiado improbable que haya sido consecuencia del azar o la mera casualidad…
En cierto modo sentimos que tales acontecimientos estaban de algún modo predestinados, que se esperaba que sucedieran exactamente en el momento en el que lo han hecho con el fin de reorientar nuestras vidas hacia una y más inspiradora dirección. (James Redfield)
Cada vez somos más las personas que tomamos conciencia de las coincidencias significativas que suceden cada día. Algunos de estos hechos son grandes y llamativos. Otros son pequeños, casi imperceptibles. Pero todos son una prueba de que no estamos solos, de que hay algún proceso espiritual misterioso que influye en nuestras vidas.
Una vez que tenemos la experiencia del sentimiento de inspiración y vida que tales percepciones evocan, es casi imposible no prestarles atención.
Comenzamos a ponernos alerta ante este tipo de hechos, a esperarlos, y a buscar una comprensión filosófica más elevada de su aparición (James Redfield)
De acuerdo con la tradición Védica, hay sólo dos síntomas que permiten definir a una persona que se encuentra en su camino a la iluminación.
Primero, la sensación es que las preocupaciones están desapareciendo. No se siente abatido por la vida. Las cosas pueden ir mal, pero eso ya no le molesta más.
Segundo, en cada área de su vida, comienza a notar un gran número de eventos sincronísticos. Las coincidencias con significado parecen ocurrir con mayor frecuencia cada vez. (Deepak Chopra)
Fuente
La totalidad de estos elementos se unen como una gran sinfonía, y todo se estructura inconscientemente con todo lo demás… El grandioso sueño de un solo soñador, donde todos los personajes del sueño también sueñan… Todo guarda una relación mutua con todo lo demás, así que no podemos culpar a nadie por nada. Es como si hubiera una intención única detrás de todo ello que siempre cobra un cierto sentido, aunque ninguno de nosotros sabe cuál es, o si ha vivido la vida que se proponía (Schopenhauer – Joseph Campbell)
Si estamos verdaderamente comprometidos a realizar nuestro sueño, descubriremos que existe una fuerza poderosa que está más allá de nosotros y nuestra voluntad consciente, una fuerza que nos ayuda en el camino, alimentando nuestra búsqueda y transformación (Joseph Jaworski)
A menudo he tenido experiencias, aparentemente accidentales, tanto en el trabajo como en mi vida privada, y siempre me he sentido intrigado por ellas y me he preguntado cómo ocurren…
Mi indagación de la sincronicidad surgió de una serie de sucesos existenciales que me llevaron a un proceso de transformación interna… las cosas empezaron a encajar sin esfuerzo y comencé a descubrir personas notables que me prestarían una ayuda inestimable. (Joseph Jaworski)
Comenzamos a darnos cuenta de que ciertas cosas son atraídas repentinamente hacia nosotros de maneras muy sorprendentes. Comienza a operar una estructura de causas subyacentes, un conjunto de fuerzas, como si estuviéramos rodeados por un cambio magnético en el que los imanes se alinearan automáticamente. Pero dicho alineamiento no es espontáneo en absoluto, se trata simplemente de que los imanes están respondiendo a un nivel de causalidad más sutil. (Peter Senge)
Hay dos cosas en las que he llegado a creer, implícitamente, acerca del mundo en que vivimos, una es que nada de lo que en él ocurre es independiente de cualquier otra cosa. La otra es que nada de lo que ocurre es completamente fortuito y producido del azar. Estas dos creencias son partes de la misma intuición: si todo lo que ocurre está de alguna manera enlazado con todo lo demás, ello quiere decir que todo actúa de alguna manera sobre todo lo demás.
Nada ocurre de una manera puramente azarosa.
No existe tal cosa que sea pura coincidencia.
Cuando algo ocurre, lo hace en cierta relación, a pesar de su probabilidad extremadamente sutil, con otras que pasan o han pasado dentro de esa región de espacio y del tiempo (Ervin Laszlo)
Todos hemos tenido esos momentos perfectos en los que todas las cosas parecen encajar de una manera casi increíble en los que los sucesos que no podíamos prever, y mucho menos controlar, parecen guiar notablemente nuestro camino. A estas alturas, tu vida se convierte en una serie de milagros predecibles (Joseph Jaworski)
En cualquier momento pueden ocurrir coincidencias significativas…
Podemos estar enfrascados en nuestros asuntos diarios cuando, sin previo aviso, se produce un hecho fortuito que atrae nuestra atención.
Puede que nos dé por pensar en un viejo amigo que hacía años que no acudía a nuestra mente y luego, después de haberlo olvidado por completo, resulta que al día siguiente nos encontramos con él…
Las coincidencias pueden tener que ver con la oportuna llegada de cierta información especial que no sabíamos cómo conseguir, o con la súbita comprensión de que la experiencia que vivimos en el pasado, con cierto interés, era en realidad una preparación o un trabajo.
Al margen de los detalles con que pueda presentarse una coincidencia particular, el hecho es que resulta demasiado improbable que haya sido consecuencia del azar o la mera casualidad…
En cierto modo sentimos que tales acontecimientos estaban de algún modo predestinados, que se esperaba que sucedieran exactamente en el momento en el que lo han hecho con el fin de reorientar nuestras vidas hacia una y más inspiradora dirección. (James Redfield)
Cada vez somos más las personas que tomamos conciencia de las coincidencias significativas que suceden cada día. Algunos de estos hechos son grandes y llamativos. Otros son pequeños, casi imperceptibles. Pero todos son una prueba de que no estamos solos, de que hay algún proceso espiritual misterioso que influye en nuestras vidas.
Una vez que tenemos la experiencia del sentimiento de inspiración y vida que tales percepciones evocan, es casi imposible no prestarles atención.
Comenzamos a ponernos alerta ante este tipo de hechos, a esperarlos, y a buscar una comprensión filosófica más elevada de su aparición (James Redfield)
De acuerdo con la tradición Védica, hay sólo dos síntomas que permiten definir a una persona que se encuentra en su camino a la iluminación.
Primero, la sensación es que las preocupaciones están desapareciendo. No se siente abatido por la vida. Las cosas pueden ir mal, pero eso ya no le molesta más.
Segundo, en cada área de su vida, comienza a notar un gran número de eventos sincronísticos. Las coincidencias con significado parecen ocurrir con mayor frecuencia cada vez. (Deepak Chopra)
Fuente
martes, 6 de enero de 2015
11 PALABRAS QUE PUEDEN CAMBIAR TU VIDA
La palabra tiene un poder majestuoso. La palabra está diseñando continuamente tu experiencia de vida y tus futuros acontecimientos con su dictar. La palabra es también un limitado pero funcional nexo de unión entre nuestros mundos inconscientes y nuestro mundo consciente. Esta maravillosa herramienta también es capaz de crear, dar vida y modificar aquello que nos rodea. Sencillamente, el destino lo creamos con el verbo, la forma en la que hablamos dirige nuestra vida.
Las palabras son ráfagas en el viento, pero al propagarse lo mismo pueden producir frutos, que daño y ruina (Sun-Tzu)
Nuestro rico lenguaje proviene del latín, pero el latín bebe también del griego, donde muchos significados de palabras se perdieron o prácticamente se inventaron al trasladarlas del griego al latín. Las palabras contienen intrínsecamente un contenido heredado. Una especie de ADN con determinada información cuyo significado prevalece, pese a sus modificaciones lingüísticas y estructurales, en el inconsciente colectivo del que tanto habló Carl Jung. Una palabra, está formada de un sonido, un significado y una imagen o símbolo. Hoy, vamos a profundizar en los símbolos de ciertas palabras que utilizamos cotidianamente y que no sabemos el significado implican realmente. Para aquel que sepa a cerca de la mente inconsciente, sabrá que ésta reconoce y actúa conforme a los símbolos sobre el lenguaje lineal. Hoy, vamos a introducirnos en esas palabras que nombramos y asumimos inconscientemente sus efectos sin saber que significan. Serán las 11 palabras que podrán cambiar tu lenguaje y por lo tanto tu vida.
LAS 11 PALABRAS
Trabajo
La palabra trabajo viene de trabajar y ésta del latín tripaliare. Tripaliare viene de tripalium(tres palos). Tripalium era en la antigua Roma un yugo de tres palos en los cuales amarraban a los esclavos para azotarlos simbolizando este un castigo inhumano. ¿Trabajar?… ¿No crees que será mejor ‘jugar’?
Sacrificio
La palabra sacrificio proviene del latín ‘sacro’ + ‘facere’ cuyo significado es ‘hacer las cosas sagradas, honrarlas’. Por el uso que se le ha otorgado, actualmente esta palabra está asociada al dolor y al sufrimiento. ¿Que equivocación, verdad?. Esta palabra es reconocer la maravilla de toda cosa, disfrutar mejorándola incluso con tu sudor, pero siempre con una sonrisa y una mirada que reconoce lo mágico de toda creación.
Abracadabra
La palabra abracadabra tiene diversas procedencias. A mi personalmente me gusta la que viene del arameo, ‘abra cadavra’ cuyo significado es ‘crearé como diré’. Esta palabra también proviene de la gnosis, cristianos místicos del SIII, era un amuleto utilizado principalmente para curar a las personas. Este amuleto tenia las letras abracadabra formando un triángulo. Este amuleto se dice que podía curar cualquier enfermedad.
A B R A C A D A B R A
A B R A C A D A B R
A B R A C A D A B
A B R A C A D A
A B R A C A D
A B R A C A
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
Familia
La palabra familia viene del latín. Es una palabra derivada de ‘famulus’ cuyo significado es sirviente o esclavo. La familia puede ser un verdadero aliado en tu camino vital o una perfecta inhibición de tu expresión verdadera como consecuencia de la conducta impuesta de generación en generación. Más que familia, opta por decir ‘círculo de amor’ / ‘mi gente’ / ‘mi tribu’ o cualquier palabra que se te ocurra y puedas asociar a un estímulo positivo y potenciador.
Empresa
Del latín ‘prendere’ cuyo significado es atrapar. Un empresario sería entonces alguien atrapado. Se puede observar como el empresario normalmente siempre tiene asuntos abiertos, trámites que realizar o problemas que resolver. Si eres empresario, puedes decir mejor ‘tengo una empresa’ o cualquier expresión que te diferencie de alguna forma de ser empresario.
Persona
Del latín ‘persone’ cuyo significado es máscara usada por un personaje teatral. Ser persona es inconscientemente ser una máscara. En vez de personas, seamos artistas conscientes creadores de nuestra vida y experiencia vital, como acuña el arte de la conciencia(*).
Jugar
La palabra jugar viene del latín ‘iocari‘ cuyo significado es ‘hacer algo con alegría’. Personalmente utilizo mucho esta palabra para hacer casi cualquier cosa. Cuando estamos jugando, todo el bagaje de pensamientos repetitivos y emociones alteradoras pasa por el embudo de una actitud de disfrute y los transforma en diversión y alegría. Juega a aprender, juega a relacionarte con el sexo opuesto, juega a expandirte, juega a esforzarte, juega a descubrirte…
Entender
La palabra entender viene del latín intendere. Léxicamente, formada por ‘in'(hacia dentro) + ‘tendere'(extender, expandir, extirar). Por lo que entender, sería aumentar nuestro espacio interior, extirar la cuerda hacia nuestro interior. Cuanto más entendemos, más nos ampliamos.
Compartir
Del latín compartiri, formada por ‘com'(junto) + ‘partir'(dividir). Compartir sería algo así como reunir aquello que estaba dividido. Si compartimos sin pedir nada a cambio… ¿Nuestro inconsciente creerá que somos abundantes, que estamos unidos y nos sentimos plenos para poder dar sin exigir nada a cambio? ¿ Es posible que si así compartimos, nuestra mente inconsciente cree la experiencia de estar plenos y sentirnos abundantes? ¡Cuanto menos curioso! ¡Comparte y recibe instantáneamente!
Recordar
Del latín recordari, formado por ‘re'(de nuevo) + ‘cordis'(corazón). Recordar quiere decir mucho más que revivir algo en la memoria, significaría ‘volver a pasar por el corazón’. Entendiendo el corazón no tanto como algo romántico o emocional, si no como la aceptación total de nosotros mismos desde el amor incondicional. Este verdadero significado me llevó a grandes conclusiones recientemente.
Consciencia
Del latín conscientia, formada por ‘con'(junto, convergencia) + ‘scire'(saber) + ‘ia'(cualidad) cuyo significado podría ser ‘la reunión de las ciencias y el saber’. Este es un término creado o modificado de su verdadero origen griego. Realmente este término procede del griego ‘syneidesis’ que quiere decir ‘con capacidad de imaginar’. Los griegos entendían la conciencia como el poder de imaginar. Es muy conocido que nuestra mente inconsciente no diferencia lo vivido de lo imaginado, lo experimentado de lo imaginado. Si imaginamos algo, para nuestra mente será una realidad y lo viviremos en nuestro propio cuerpo. Imaginar, en último término, es crear.
CONSEJOS FINALES
‘Ten cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad’, tu palabra unida por el poder del pensamiento entre otras crea tu realidad a cada instante.
‘Lo que enferma al hombre no es lo que entra por su boca, si no lo que sale de ella’, así respondió Jesús cuando le preguntaron a cerca de la alimentación.
Nuestra mente inconsciente asume los símbolos y su poder antes del lenguaje lineal. Por ello, siempre que digas trabajar, tu mente inconsciente asumirá su simbolismo y actuará a favor de ello.
Aprende a utilizar conscientemente cada palabra como cada pensamiento ya que ahora conoces su verdadero poder. Escúchate cuando hables y valora si tus palabras internas y externas se ajustan a aquello que quieres en tu vida.
Para cambiar tu vida, empieza por cambiar tu lenguaje. En PNL se estudia entre otras y muy curiosas cuestiones, como nuestro lenguaje nos programa día a día, momento a momento, palabra a palabra.
Aléjate de aquellos que te menosprecien, critiquen destructivamente y te programen negativamente.
Nuestros padres o familiares cercanos muchas veces nos indican un camino que nos ofrece cierta seguridad y nosotros lo rechazamos, y es cuando estos nos condenan a una vida mediocre y negativa.
Si dejamos que estas programaciones nos afecten, seremos aquello de lo que nos condenan.
Cambia ‘tengo un problema’ por ‘tengo una solución’.
Las palabras son como boomerangs que vuelven con precisión a su fuente. Ten cuidado donde lanzas tus palabras.
¿Quieres conocer tu futuro? No hace falta ir a videntes, que te lean el tarot u otros medios. Examina atentamente lo que te dices y dices a los demás.
Hablar es invocar. Reconoce su poder y haz que juegue a tu favor.
Fuente
Las palabras son ráfagas en el viento, pero al propagarse lo mismo pueden producir frutos, que daño y ruina (Sun-Tzu)
Nuestro rico lenguaje proviene del latín, pero el latín bebe también del griego, donde muchos significados de palabras se perdieron o prácticamente se inventaron al trasladarlas del griego al latín. Las palabras contienen intrínsecamente un contenido heredado. Una especie de ADN con determinada información cuyo significado prevalece, pese a sus modificaciones lingüísticas y estructurales, en el inconsciente colectivo del que tanto habló Carl Jung. Una palabra, está formada de un sonido, un significado y una imagen o símbolo. Hoy, vamos a profundizar en los símbolos de ciertas palabras que utilizamos cotidianamente y que no sabemos el significado implican realmente. Para aquel que sepa a cerca de la mente inconsciente, sabrá que ésta reconoce y actúa conforme a los símbolos sobre el lenguaje lineal. Hoy, vamos a introducirnos en esas palabras que nombramos y asumimos inconscientemente sus efectos sin saber que significan. Serán las 11 palabras que podrán cambiar tu lenguaje y por lo tanto tu vida.
LAS 11 PALABRAS
Trabajo
La palabra trabajo viene de trabajar y ésta del latín tripaliare. Tripaliare viene de tripalium(tres palos). Tripalium era en la antigua Roma un yugo de tres palos en los cuales amarraban a los esclavos para azotarlos simbolizando este un castigo inhumano. ¿Trabajar?… ¿No crees que será mejor ‘jugar’?
Sacrificio
La palabra sacrificio proviene del latín ‘sacro’ + ‘facere’ cuyo significado es ‘hacer las cosas sagradas, honrarlas’. Por el uso que se le ha otorgado, actualmente esta palabra está asociada al dolor y al sufrimiento. ¿Que equivocación, verdad?. Esta palabra es reconocer la maravilla de toda cosa, disfrutar mejorándola incluso con tu sudor, pero siempre con una sonrisa y una mirada que reconoce lo mágico de toda creación.
Abracadabra
La palabra abracadabra tiene diversas procedencias. A mi personalmente me gusta la que viene del arameo, ‘abra cadavra’ cuyo significado es ‘crearé como diré’. Esta palabra también proviene de la gnosis, cristianos místicos del SIII, era un amuleto utilizado principalmente para curar a las personas. Este amuleto tenia las letras abracadabra formando un triángulo. Este amuleto se dice que podía curar cualquier enfermedad.
A B R A C A D A B R A
A B R A C A D A B R
A B R A C A D A B
A B R A C A D A
A B R A C A D
A B R A C A
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
Familia
La palabra familia viene del latín. Es una palabra derivada de ‘famulus’ cuyo significado es sirviente o esclavo. La familia puede ser un verdadero aliado en tu camino vital o una perfecta inhibición de tu expresión verdadera como consecuencia de la conducta impuesta de generación en generación. Más que familia, opta por decir ‘círculo de amor’ / ‘mi gente’ / ‘mi tribu’ o cualquier palabra que se te ocurra y puedas asociar a un estímulo positivo y potenciador.
Empresa
Del latín ‘prendere’ cuyo significado es atrapar. Un empresario sería entonces alguien atrapado. Se puede observar como el empresario normalmente siempre tiene asuntos abiertos, trámites que realizar o problemas que resolver. Si eres empresario, puedes decir mejor ‘tengo una empresa’ o cualquier expresión que te diferencie de alguna forma de ser empresario.
Persona
Del latín ‘persone’ cuyo significado es máscara usada por un personaje teatral. Ser persona es inconscientemente ser una máscara. En vez de personas, seamos artistas conscientes creadores de nuestra vida y experiencia vital, como acuña el arte de la conciencia(*).
Jugar
La palabra jugar viene del latín ‘iocari‘ cuyo significado es ‘hacer algo con alegría’. Personalmente utilizo mucho esta palabra para hacer casi cualquier cosa. Cuando estamos jugando, todo el bagaje de pensamientos repetitivos y emociones alteradoras pasa por el embudo de una actitud de disfrute y los transforma en diversión y alegría. Juega a aprender, juega a relacionarte con el sexo opuesto, juega a expandirte, juega a esforzarte, juega a descubrirte…
Entender
La palabra entender viene del latín intendere. Léxicamente, formada por ‘in'(hacia dentro) + ‘tendere'(extender, expandir, extirar). Por lo que entender, sería aumentar nuestro espacio interior, extirar la cuerda hacia nuestro interior. Cuanto más entendemos, más nos ampliamos.
Compartir
Del latín compartiri, formada por ‘com'(junto) + ‘partir'(dividir). Compartir sería algo así como reunir aquello que estaba dividido. Si compartimos sin pedir nada a cambio… ¿Nuestro inconsciente creerá que somos abundantes, que estamos unidos y nos sentimos plenos para poder dar sin exigir nada a cambio? ¿ Es posible que si así compartimos, nuestra mente inconsciente cree la experiencia de estar plenos y sentirnos abundantes? ¡Cuanto menos curioso! ¡Comparte y recibe instantáneamente!
Recordar
Del latín recordari, formado por ‘re'(de nuevo) + ‘cordis'(corazón). Recordar quiere decir mucho más que revivir algo en la memoria, significaría ‘volver a pasar por el corazón’. Entendiendo el corazón no tanto como algo romántico o emocional, si no como la aceptación total de nosotros mismos desde el amor incondicional. Este verdadero significado me llevó a grandes conclusiones recientemente.
Consciencia
Del latín conscientia, formada por ‘con'(junto, convergencia) + ‘scire'(saber) + ‘ia'(cualidad) cuyo significado podría ser ‘la reunión de las ciencias y el saber’. Este es un término creado o modificado de su verdadero origen griego. Realmente este término procede del griego ‘syneidesis’ que quiere decir ‘con capacidad de imaginar’. Los griegos entendían la conciencia como el poder de imaginar. Es muy conocido que nuestra mente inconsciente no diferencia lo vivido de lo imaginado, lo experimentado de lo imaginado. Si imaginamos algo, para nuestra mente será una realidad y lo viviremos en nuestro propio cuerpo. Imaginar, en último término, es crear.
CONSEJOS FINALES
‘Ten cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad’, tu palabra unida por el poder del pensamiento entre otras crea tu realidad a cada instante.
‘Lo que enferma al hombre no es lo que entra por su boca, si no lo que sale de ella’, así respondió Jesús cuando le preguntaron a cerca de la alimentación.
Nuestra mente inconsciente asume los símbolos y su poder antes del lenguaje lineal. Por ello, siempre que digas trabajar, tu mente inconsciente asumirá su simbolismo y actuará a favor de ello.
Aprende a utilizar conscientemente cada palabra como cada pensamiento ya que ahora conoces su verdadero poder. Escúchate cuando hables y valora si tus palabras internas y externas se ajustan a aquello que quieres en tu vida.
Para cambiar tu vida, empieza por cambiar tu lenguaje. En PNL se estudia entre otras y muy curiosas cuestiones, como nuestro lenguaje nos programa día a día, momento a momento, palabra a palabra.
Aléjate de aquellos que te menosprecien, critiquen destructivamente y te programen negativamente.
Nuestros padres o familiares cercanos muchas veces nos indican un camino que nos ofrece cierta seguridad y nosotros lo rechazamos, y es cuando estos nos condenan a una vida mediocre y negativa.
Si dejamos que estas programaciones nos afecten, seremos aquello de lo que nos condenan.
Cambia ‘tengo un problema’ por ‘tengo una solución’.
Las palabras son como boomerangs que vuelven con precisión a su fuente. Ten cuidado donde lanzas tus palabras.
¿Quieres conocer tu futuro? No hace falta ir a videntes, que te lean el tarot u otros medios. Examina atentamente lo que te dices y dices a los demás.
Hablar es invocar. Reconoce su poder y haz que juegue a tu favor.
Fuente
sábado, 27 de diciembre de 2014
LAS 5 HERIDAS DE LA INFANCIA
Pocas son las personas que podrían contarse entre quienes han tenido una infancia exenta de sin sabores y limitaciones, ya que todas las personas durante la infancia, en mayor o menor grado, de una u otra forma, hemos tenido experiencias agradables y desagradables, necesidades insatisfechas o asuntos inconclusos que si no los enfrentamos y resolvemos, nos acompañarán a lo largo de toda la vida, la mayoría de las veces afectando nuestra autoestima y por tanto las relaciones con los demás.
A estas experiencias dolorosas se les ha llamado heridas y la mayoría de las veces son resultado de experiencias vividas con los padres o con los adultos significativos.
Herida de rechazo:
El adulto que tiene esta herida vivió experiencias de rechazo en su niñez y tendrá la tendencia a rechazarse a sí mismo y a los demás, también rechazará experiencias placenteras y de éxito por el profundo sentimiento de vacío interno y por tener la creencia errónea de ser ”poco merecedor.” Culpa a los demás de ser rechazado y sin ser consciente de ello, es él quien se aisla creando así su círculo vicioso.
Su principal conducta es la de huidizo. Tiende a huir de las situaciones desagradables. No es muy partidario a socializar y tiende a abandonar lo que inicia. No se apega a las cosas ni a las personas. Considera sus relaciones y su dinero útiles aunque no le generan placer.
No sirvo para nada, lo que digo no le importa a nadie, no sé para que participo, no tengo capacidad para hacer esto, soy malo para esto, nadie me escucha… Éstos son los tipos de pensamientos que tiene y la forma de expresarse ante una dificultad.
Requiere trabajar las situaciones que le generan pánico, sus miedos internos y sus temores.
Afecta a la persona en el nivel del SER.
Herida de abandono:
La soledad se convierte en el peor miedo de quien vivió abandono en la infancia. Y su herida se convierte en su paradoja: “Quien vivió abandono tenderá a abandonar proyectos y parejas, hasta que haga consciente su carencia y se haga responsable de su vida y su soledad. Y piensa: Te abandono yo, antes de ser abandono por ti”.
Su principal conducta es la de dependiente. Su mayor temor es la soledad y no soporta estar a solas consigo mismo; al final acaba estando solo. Es retraído, no le gusta el contacto con los demás. Genera un verdadero drama ante una mínima situación sin importancia. Solicita y busca el apoyo de los demás ante los conflictos.
No estoy dispuesto a soportarlo más, nadie me apoya en esto, nadie me ayuda, prefiero estar solo, tú verás lo que haces, si abandonas no vuelvas…, son sus modos de comunicarse ante un problema.
Requiere trabajar sus temores más intensos, su miedo a la soledad y su rechazo al contacto físico.
Afecta al TENER y al HACER.
Herida de humillación:
Los adultos que tuvieron experiencias de todo tipo de abusos, incluyendo el sexual, o experimentaron humillaciones, comparaciones o que fueron ridiculizados, avergonzados por su aspecto físico, por sus actitudes y/o comportamientos durante su niñez, suelen llevar esa carga a cuestas y la mayoría de las veces son seres inseguros, tímidos e indecisos que en lo más profundo de su ser se sienten culpables y no creen tener derechos elementales, e incluso pueden dudar de su derecho a existir.
La conducta principal es de dependiente. Es orgulloso, rígido y masoquista, generando cierto placer en el sufrir. Necesita estar atado a otras personas y cargar con los problemas de los demás.
No lo merezco, no soy digno, soy muy poca cosa para esto, no tiene importancia… son algunos modelos que usa habitualmente para expresarse
Requiere trabajar la dependencia, la libertad y el desapego. Es lo que más desea y a la vez lo que más teme.
Herida de traición:
El adulto con herida de traición será un desconfiado empedernido, ya que no se permite confiar en nada ni nadie. Su mayor miedo es la mentira y buscará de manera inconsciente involucrarse en situaciones en las que irremediablemente será traicionado. Cumpliéndose la profecía que él mismo decretó: “No confíes en nadie, todo mundo traiciona”. La mayoría de quienes experimentan celotipia tuvieron vivencias de traición en su niñez.
La principal conducta es la de controlador. Le gusta tener el control sobre los demás para así evitar ser traicionado. Su carácter es fuerte para justificar su capacidad de control y le gusta manejar grupos. Los mayores miedos del controlador son el disociarse de sí mismo y separarse o perder a su pareja.
Suele confirmar sus principales temores provocando que se produzcan.
Permíteme terminar, aún no he acabado de hablar, ¿me entiendes, verdad?, ten confianza en mí, déjame que lo haga solo, yo lo sé hacer bien, justamente es lo que quiero, exactamente es lo que tienes que hacer, tienes lo que te mereces, es la forma común de comunicación del controlador.
Requiere trabajar su paciencia, su tolerancia y vivir el momento presente. Aprender a estar sólo y a delegar responsabilidades de manera efectiva y confiadas son sus principales retos.
Herida de injusticia:
Experimentar la inequidad es el peor enojo de quien tiene herida de injusticia, y es posible identificar a quienes la han vivido en su niñez al observar las reacciones desproporcionadas y neuróticas ante alguna situación injusta. Todas las personas en algún momento hemos vivido o presenciado situaciones injustas, sin embargo a quienes tienen la herida les es imposible lidiar con ello y sus reacciones tienden a la autodestrucción. Una de las características más importantes es su gran temor a equivocarse y su tendencia a buscar la perfección, lo cual les trae mucha frustración y su gran reto para sanar es buscar la flexibilidad y la humildad.
Su principal conducta es la rigidez. Intentan ser muy importantes y proyectar fuerza y poder. Fanáticos del orden y de conducta perfeccionista, solo confían en sí mismos y les cuesta tomar acción. Le gusta dar órdenes y dirigir.
Justamente eso es lo que quiero, exactamente es lo que debes hacer, creo que es justo, estás de acuerdo conmigo… es la manera de comunicar más común.
Requiere trabajar su desconfianza y su rigidez mental. Generar flexibilidad y confianza hacia los demás es su mayor reto.
Desafortunadamente, cuando nos negamos la oportunidad de trabajar en la sanación de estas heridas, estaremos repitiendo patrones conductuales enfermos que a nosotros nos dañaron en nuestra niñez y de forma inconsciente se perpetuará el círculo vicioso del cual hemos huido, dañando ahora a nuestros hijos. Las heridas se muestran en nuestra comunicación llena de chantajes, manipulación y control, afectando así la calidad de nuestra relación con ellos.
Lise Burbeau – Las cinco heridas que impiden ser uno mismo
Fuente
A estas experiencias dolorosas se les ha llamado heridas y la mayoría de las veces son resultado de experiencias vividas con los padres o con los adultos significativos.
Herida de rechazo:
El adulto que tiene esta herida vivió experiencias de rechazo en su niñez y tendrá la tendencia a rechazarse a sí mismo y a los demás, también rechazará experiencias placenteras y de éxito por el profundo sentimiento de vacío interno y por tener la creencia errónea de ser ”poco merecedor.” Culpa a los demás de ser rechazado y sin ser consciente de ello, es él quien se aisla creando así su círculo vicioso.
Su principal conducta es la de huidizo. Tiende a huir de las situaciones desagradables. No es muy partidario a socializar y tiende a abandonar lo que inicia. No se apega a las cosas ni a las personas. Considera sus relaciones y su dinero útiles aunque no le generan placer.
No sirvo para nada, lo que digo no le importa a nadie, no sé para que participo, no tengo capacidad para hacer esto, soy malo para esto, nadie me escucha… Éstos son los tipos de pensamientos que tiene y la forma de expresarse ante una dificultad.
Requiere trabajar las situaciones que le generan pánico, sus miedos internos y sus temores.
Afecta a la persona en el nivel del SER.
Herida de abandono:
La soledad se convierte en el peor miedo de quien vivió abandono en la infancia. Y su herida se convierte en su paradoja: “Quien vivió abandono tenderá a abandonar proyectos y parejas, hasta que haga consciente su carencia y se haga responsable de su vida y su soledad. Y piensa: Te abandono yo, antes de ser abandono por ti”.
Su principal conducta es la de dependiente. Su mayor temor es la soledad y no soporta estar a solas consigo mismo; al final acaba estando solo. Es retraído, no le gusta el contacto con los demás. Genera un verdadero drama ante una mínima situación sin importancia. Solicita y busca el apoyo de los demás ante los conflictos.
No estoy dispuesto a soportarlo más, nadie me apoya en esto, nadie me ayuda, prefiero estar solo, tú verás lo que haces, si abandonas no vuelvas…, son sus modos de comunicarse ante un problema.
Requiere trabajar sus temores más intensos, su miedo a la soledad y su rechazo al contacto físico.
Afecta al TENER y al HACER.
Herida de humillación:
Los adultos que tuvieron experiencias de todo tipo de abusos, incluyendo el sexual, o experimentaron humillaciones, comparaciones o que fueron ridiculizados, avergonzados por su aspecto físico, por sus actitudes y/o comportamientos durante su niñez, suelen llevar esa carga a cuestas y la mayoría de las veces son seres inseguros, tímidos e indecisos que en lo más profundo de su ser se sienten culpables y no creen tener derechos elementales, e incluso pueden dudar de su derecho a existir.
La conducta principal es de dependiente. Es orgulloso, rígido y masoquista, generando cierto placer en el sufrir. Necesita estar atado a otras personas y cargar con los problemas de los demás.
No lo merezco, no soy digno, soy muy poca cosa para esto, no tiene importancia… son algunos modelos que usa habitualmente para expresarse
Requiere trabajar la dependencia, la libertad y el desapego. Es lo que más desea y a la vez lo que más teme.
Herida de traición:
El adulto con herida de traición será un desconfiado empedernido, ya que no se permite confiar en nada ni nadie. Su mayor miedo es la mentira y buscará de manera inconsciente involucrarse en situaciones en las que irremediablemente será traicionado. Cumpliéndose la profecía que él mismo decretó: “No confíes en nadie, todo mundo traiciona”. La mayoría de quienes experimentan celotipia tuvieron vivencias de traición en su niñez.
La principal conducta es la de controlador. Le gusta tener el control sobre los demás para así evitar ser traicionado. Su carácter es fuerte para justificar su capacidad de control y le gusta manejar grupos. Los mayores miedos del controlador son el disociarse de sí mismo y separarse o perder a su pareja.
Suele confirmar sus principales temores provocando que se produzcan.
Permíteme terminar, aún no he acabado de hablar, ¿me entiendes, verdad?, ten confianza en mí, déjame que lo haga solo, yo lo sé hacer bien, justamente es lo que quiero, exactamente es lo que tienes que hacer, tienes lo que te mereces, es la forma común de comunicación del controlador.
Requiere trabajar su paciencia, su tolerancia y vivir el momento presente. Aprender a estar sólo y a delegar responsabilidades de manera efectiva y confiadas son sus principales retos.
Herida de injusticia:
Experimentar la inequidad es el peor enojo de quien tiene herida de injusticia, y es posible identificar a quienes la han vivido en su niñez al observar las reacciones desproporcionadas y neuróticas ante alguna situación injusta. Todas las personas en algún momento hemos vivido o presenciado situaciones injustas, sin embargo a quienes tienen la herida les es imposible lidiar con ello y sus reacciones tienden a la autodestrucción. Una de las características más importantes es su gran temor a equivocarse y su tendencia a buscar la perfección, lo cual les trae mucha frustración y su gran reto para sanar es buscar la flexibilidad y la humildad.
Su principal conducta es la rigidez. Intentan ser muy importantes y proyectar fuerza y poder. Fanáticos del orden y de conducta perfeccionista, solo confían en sí mismos y les cuesta tomar acción. Le gusta dar órdenes y dirigir.
Justamente eso es lo que quiero, exactamente es lo que debes hacer, creo que es justo, estás de acuerdo conmigo… es la manera de comunicar más común.
Requiere trabajar su desconfianza y su rigidez mental. Generar flexibilidad y confianza hacia los demás es su mayor reto.
Desafortunadamente, cuando nos negamos la oportunidad de trabajar en la sanación de estas heridas, estaremos repitiendo patrones conductuales enfermos que a nosotros nos dañaron en nuestra niñez y de forma inconsciente se perpetuará el círculo vicioso del cual hemos huido, dañando ahora a nuestros hijos. Las heridas se muestran en nuestra comunicación llena de chantajes, manipulación y control, afectando así la calidad de nuestra relación con ellos.
Lise Burbeau – Las cinco heridas que impiden ser uno mismo
Fuente
CÓMO SOBREVIVIR A LA NAVIDAD por Borja Vilaseca
Ya están aquí. Como cada año por estas fechas, vuelven las fiestas de Navidad. Las calles se visten de gala, cubriéndose con adornos despampanantes. La televisión nos bombardea con anuncios de juguetes para niños, perfumes para mujeres y relojes para hombres. Mientras, los comerciantes se frotan las manos, viendo cómo se disparan las ventas y el consumo.
A pesar de la crisis económica, en los últimos años las familias españolas vienen destinando una media de 820 euros a sus compras navideñas, 500 de los cuales se gastan en regalos, según los estudios realizados por Deloitte. Y este importe crece año tras año. De ahí que se diga, cada vez con más fuerza, que esta crisis es una crisis de valores y de consciencia. Cegados por el materialismo, estamos perdiendo de vista lo más importante: cultivar en nuestro corazón la felicidad, la paz y el amor. Porque, ¿de qué sirve comprar cosas si no amamos con mayúsculas a quienes se las regalamos?
La ironía es que en medio de este exceso consumista, también se nos recuerda –con cierto tono moral– que lo más importante es que seamos “buenas personas”. De ahí que los ricos dediquemos estos días para hacer “buenas obras”, atendiendo a los pobres. Es decir, a los que tienen menos. Parece como si en esta época del año tuviéramos que ser buenos samaritanos simplemente porque toca. Lo cierto es que pocos cuestionamos nuestras verdaderas motivaciones, preguntándonos honestamente por qué –precisamente ahora– hacemos lo que el resto del año no solemos hacer.
¿EN MEMORIA DE JESÚS?
“Aunque tienen ojos, no ven. Y aunque tienen oídos, no escuchan ni comprenden” (Jesús de Nazaret)
La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo. Celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, un filósofo revolucionario cuyas enseñanzas atentaban contra las creencias religiosas y los intereses políticos del statu quo de su época. Probablemente, si hoy volviera a nacer seguiría yendo en contra del actual orden establecido. Más que nada porque sus palabras nos inspiran a cambiar de mentalidad, aprendiendo a ser felices para amar a los demás y a la vida como a nosotros mismos.
Contrariamente a lo que se suele creer, este sabio no fundó el cristianismo. Tras ser crucificado por los sacerdotes de su época, sus enseñanzas fueron extendiéndose rápidamente. De hecho, fueron los emperadores y los clérigos quienes crearon e institucionalizaron la religión cristiana por toda la cuenca del Mediterráneo.
Así, en el año 313, a través del edicto de Milán, el emperador Constantino el Grande legalizó el cristianismo. Y doscientos años después, el emperador Justiniano I la declaró “religión oficial” del Imperio romano. Aunque ningún historiador sabe el día exacto en que nació Jesús, la Navidad se celebra el 25 de diciembre. Etimológicamente, esta palabra procede del latín “nativitas”, que significa “nacimiento”.
LA RIQUEZA DEL CORAZÓN
“Encuentra el reino de Dios dentro de ti y todo lo demás se te dará por añadidura” (Jesús de Nazaret)
Al haber edificado nuestra existencia sobre un sistema capitalista que promueve la filosofía del materialismo, actualmente la Navidad se ha alejado de su sentido original: recordar la filosofía esencial predicada por Jesús. Es decir, aprovechar esta época del año para recogernos y hacer balance –desde una perspectiva emocional– del rumbo que está tomando nuestra vida. No en vano, el mensaje de este sabio es que la verdadera riqueza reside en el amor y que los regalos auténticos son los que se hacen con el corazón.
A día de hoy la Navidad se ha distorsionado a causa del mercantilismo y el consumismo imperantes. De ahí la aparición del simpático y bonachón Santa Claus, que trae regalos a los niños que se portan “bien”, y muchos regalos a los niños que se portan “muy bien”. Estas fiestas también afectan a los adultos. Por más que no sepamos qué regalarnos, cada año compramos cosas innecesarias para cumplir con la tradición. En algunos casos, parece como si nuestro amor se midiera en función de la cantidad y la calidad de nuestras compras.
Con la Navidad también vuelven las ansiadas comidas y cenas familiares. Sin duda alguna, el momento más esperado del año. Dado que a lo largo de los otros trescientos sesenta y dos días apenas encontramos tiempo para disfrutar de nuestra mutua compañía, los días veinticuatro (“Nochebuena”), veinticinco (“Navidad”) y veintiséis (“San Esteban”) de diciembre son idóneos para pasar un agradable rato juntos y así ponernos al día.
Sin embargo, muchos nos relacionamos no porque queramos o nos apetezca, sino porque sentimos la obligación de hacerlo. No en vano, en cada núcleo familiar se han establecido una serie de ritos y tradiciones, muchos de los cuales son impuestos por la sociedad. Y aunque nunca hemos asumido estos compromiso sociales, se da por hecho que hemos de cumplirlos. Si bien a muchos acudimos con alegría, a otros vamos con cierta pereza y resignación. O dicho de otra manera: vamos para no sentirnos culpables, evitando ser juzgados por el resto de nuestra familia.
ENTRENAR LA COMPASIÓN
“Amad a vuestros enemigos. Bendecid a los que os maldicen. Haced el bien a lo que os aborrecen. Orad por los que os calumnian y os persiguen. Y perdonarlos a todos, porque no saben lo que hacen.” (Jesús de Nazaret)
Precisamente por este motivo, mañana, pasado y el otro volveremos a reunirnos con los diferentes miembros de nuestra carismática familia. A su lado compartiremos charlas, turrón, alcohol y villancicos. Con algunos el trato es cordial. Con otros, incluso cómplice y amistoso. Y aunque cada hogar tiene su propia historia y su forma única y especial de relacionarse, en cada familia suele haber algún que otro personaje problemático y conflictivo. Por más adornado que esté el salón donde nos reuniremos, bajo la alfombra suelen esconderse todo tipo de miedos, resentimientos y envidias. A veces basta un pequeño comentario para desenterrar viejas heridas emocionales, y que empiece a liarse la marimorena.
Esta es la razón por la que algunos solemos ver estos encuentros como un “problema”. Es decir, como una situación en la que al estar con unas determinadas personas que dicen según qué cosas podemos potencialmente perturbarnos a nosotros mismos. Que si el abuelo gruñón critica nuestro estilo de vida. Que si el tío vanidoso presume de lo que nosotros no tenemos. Que si el primo chistoso nos lanza bromas afiladas sobre nuestra forma de ser. En el nombre de la confianza, parece como si tuvieran carta blanca para decir lo que piensan sin tener que pensar en lo que dicen.
Sea como fuere e inspirados por el mensaje esencial de Jesús, podemos aprovechar estos tres días navideños para entrenar los músculos de la empatía, la aceptación, el perdón y la compasión. Gracias a estas cualidades, podemos ver estos encuentros no como “problemas”, sino como “oportunidades de aprendizaje”. No obstante, nadie puede herirnos emocionalmente sin nuestro consentimiento. También es fundamental recordar que todo el mundo lo hace lo mejor que puede en base a su nivel de comprensión y a su grado de bienestar.
De hecho, nuestros familiares más conflictivos son precisamente los más egocéntricos y, en consecuencia, los que más sufren. Y dado que viven y funcionan de forma inconsciente, no son dueños de sus pensamientos, de sus palabras, de sus actitudes ni de sus conductas. De ahí que en última instancia no sean responsables de sus actos. Paradójicamente, no existe ningún escenario mejor para practicar el verdadero amor que el que nos proporcionan estas conflictivas ceremonias navideñas.
¿QUÉ HA SIDO DEL FUEGO?
“Ama al prójimo como a ti mismo” (Jesús de Nazaret)
Hace muchos siglos, un hombre descubrió el arte de hacer fuego. Al día siguiente, cogió todos los elementos necesarios y se dirigió hacia el norte, donde se encontraban las tribus que más sufrían los efectos del frío glacial. Nada más llegar, les enseñó cómo crear fuego, así como sus enormes ventajas para la supervivencia. En un par de días, los habitantes ya sabían encender hogueras y las utilizaban para cocinar y calentarse.
Y antes de que tuvieran tiempo de darle las gracias al inventor, éste ya se había marchado. No estaba interesado en recibir agradecimientos ni alabanzas. Sólo quería que la gente se beneficiara del fuego. Y así fue como poblado tras poblado, poco a poco su fama empezó a extenderse por el país.
Sin embargo, de pronto se encontró con un gran obstáculo. Los sacerdotes de la época comenzaron a temer la enorme popularidad cosechada por aquel sabio inventor. Estaba disminuyendo la influencia y el control que tenían sobre la gente. Por esa razón decidieron envenenarlo. Y los habitantes, desolados, empezaron a sospechar de los clérigos. Para evitarse mayores conflictos, los sacerdotes mandaron hacer un enorme retrato del inventor. Lo colocaron en el altar principal de cada templo y crearon una serie de rituales para honrarlo. Pero ya nadie hacía fuego.
Así fue como cada semana la gente acudía en masa a las iglesias a rendir homenaje al inventor y a los elementos que permitían crear fuego. Las ceremonias se seguían al pie de la letra. Se habían convertido en una tradición nacional. Los sacerdotes recordaban por medio de grandilocuentes sermones los beneficios inherentes al fuego. Y la gente aplaudía y los veneraba. Todo el mundo hablaba del inventor. Y así ha sido desde hace más de dos mil años. A día de hoy abundan las estampitas que ilustran las llamas. Y los cantos sobre el calor y el olor que desprendía. Sin embargo, desde la muerte de aquel inventor, en aquel lugar jamás se ha vuelto a encender fuego.
Fuente
A pesar de la crisis económica, en los últimos años las familias españolas vienen destinando una media de 820 euros a sus compras navideñas, 500 de los cuales se gastan en regalos, según los estudios realizados por Deloitte. Y este importe crece año tras año. De ahí que se diga, cada vez con más fuerza, que esta crisis es una crisis de valores y de consciencia. Cegados por el materialismo, estamos perdiendo de vista lo más importante: cultivar en nuestro corazón la felicidad, la paz y el amor. Porque, ¿de qué sirve comprar cosas si no amamos con mayúsculas a quienes se las regalamos?
La ironía es que en medio de este exceso consumista, también se nos recuerda –con cierto tono moral– que lo más importante es que seamos “buenas personas”. De ahí que los ricos dediquemos estos días para hacer “buenas obras”, atendiendo a los pobres. Es decir, a los que tienen menos. Parece como si en esta época del año tuviéramos que ser buenos samaritanos simplemente porque toca. Lo cierto es que pocos cuestionamos nuestras verdaderas motivaciones, preguntándonos honestamente por qué –precisamente ahora– hacemos lo que el resto del año no solemos hacer.
¿EN MEMORIA DE JESÚS?
“Aunque tienen ojos, no ven. Y aunque tienen oídos, no escuchan ni comprenden” (Jesús de Nazaret)
La Navidad es una de las fiestas más importantes del cristianismo. Celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret, un filósofo revolucionario cuyas enseñanzas atentaban contra las creencias religiosas y los intereses políticos del statu quo de su época. Probablemente, si hoy volviera a nacer seguiría yendo en contra del actual orden establecido. Más que nada porque sus palabras nos inspiran a cambiar de mentalidad, aprendiendo a ser felices para amar a los demás y a la vida como a nosotros mismos.
Contrariamente a lo que se suele creer, este sabio no fundó el cristianismo. Tras ser crucificado por los sacerdotes de su época, sus enseñanzas fueron extendiéndose rápidamente. De hecho, fueron los emperadores y los clérigos quienes crearon e institucionalizaron la religión cristiana por toda la cuenca del Mediterráneo.
Así, en el año 313, a través del edicto de Milán, el emperador Constantino el Grande legalizó el cristianismo. Y doscientos años después, el emperador Justiniano I la declaró “religión oficial” del Imperio romano. Aunque ningún historiador sabe el día exacto en que nació Jesús, la Navidad se celebra el 25 de diciembre. Etimológicamente, esta palabra procede del latín “nativitas”, que significa “nacimiento”.
LA RIQUEZA DEL CORAZÓN
“Encuentra el reino de Dios dentro de ti y todo lo demás se te dará por añadidura” (Jesús de Nazaret)
Al haber edificado nuestra existencia sobre un sistema capitalista que promueve la filosofía del materialismo, actualmente la Navidad se ha alejado de su sentido original: recordar la filosofía esencial predicada por Jesús. Es decir, aprovechar esta época del año para recogernos y hacer balance –desde una perspectiva emocional– del rumbo que está tomando nuestra vida. No en vano, el mensaje de este sabio es que la verdadera riqueza reside en el amor y que los regalos auténticos son los que se hacen con el corazón.
A día de hoy la Navidad se ha distorsionado a causa del mercantilismo y el consumismo imperantes. De ahí la aparición del simpático y bonachón Santa Claus, que trae regalos a los niños que se portan “bien”, y muchos regalos a los niños que se portan “muy bien”. Estas fiestas también afectan a los adultos. Por más que no sepamos qué regalarnos, cada año compramos cosas innecesarias para cumplir con la tradición. En algunos casos, parece como si nuestro amor se midiera en función de la cantidad y la calidad de nuestras compras.
Con la Navidad también vuelven las ansiadas comidas y cenas familiares. Sin duda alguna, el momento más esperado del año. Dado que a lo largo de los otros trescientos sesenta y dos días apenas encontramos tiempo para disfrutar de nuestra mutua compañía, los días veinticuatro (“Nochebuena”), veinticinco (“Navidad”) y veintiséis (“San Esteban”) de diciembre son idóneos para pasar un agradable rato juntos y así ponernos al día.
Sin embargo, muchos nos relacionamos no porque queramos o nos apetezca, sino porque sentimos la obligación de hacerlo. No en vano, en cada núcleo familiar se han establecido una serie de ritos y tradiciones, muchos de los cuales son impuestos por la sociedad. Y aunque nunca hemos asumido estos compromiso sociales, se da por hecho que hemos de cumplirlos. Si bien a muchos acudimos con alegría, a otros vamos con cierta pereza y resignación. O dicho de otra manera: vamos para no sentirnos culpables, evitando ser juzgados por el resto de nuestra familia.
ENTRENAR LA COMPASIÓN
“Amad a vuestros enemigos. Bendecid a los que os maldicen. Haced el bien a lo que os aborrecen. Orad por los que os calumnian y os persiguen. Y perdonarlos a todos, porque no saben lo que hacen.” (Jesús de Nazaret)
Precisamente por este motivo, mañana, pasado y el otro volveremos a reunirnos con los diferentes miembros de nuestra carismática familia. A su lado compartiremos charlas, turrón, alcohol y villancicos. Con algunos el trato es cordial. Con otros, incluso cómplice y amistoso. Y aunque cada hogar tiene su propia historia y su forma única y especial de relacionarse, en cada familia suele haber algún que otro personaje problemático y conflictivo. Por más adornado que esté el salón donde nos reuniremos, bajo la alfombra suelen esconderse todo tipo de miedos, resentimientos y envidias. A veces basta un pequeño comentario para desenterrar viejas heridas emocionales, y que empiece a liarse la marimorena.
Esta es la razón por la que algunos solemos ver estos encuentros como un “problema”. Es decir, como una situación en la que al estar con unas determinadas personas que dicen según qué cosas podemos potencialmente perturbarnos a nosotros mismos. Que si el abuelo gruñón critica nuestro estilo de vida. Que si el tío vanidoso presume de lo que nosotros no tenemos. Que si el primo chistoso nos lanza bromas afiladas sobre nuestra forma de ser. En el nombre de la confianza, parece como si tuvieran carta blanca para decir lo que piensan sin tener que pensar en lo que dicen.
Sea como fuere e inspirados por el mensaje esencial de Jesús, podemos aprovechar estos tres días navideños para entrenar los músculos de la empatía, la aceptación, el perdón y la compasión. Gracias a estas cualidades, podemos ver estos encuentros no como “problemas”, sino como “oportunidades de aprendizaje”. No obstante, nadie puede herirnos emocionalmente sin nuestro consentimiento. También es fundamental recordar que todo el mundo lo hace lo mejor que puede en base a su nivel de comprensión y a su grado de bienestar.
De hecho, nuestros familiares más conflictivos son precisamente los más egocéntricos y, en consecuencia, los que más sufren. Y dado que viven y funcionan de forma inconsciente, no son dueños de sus pensamientos, de sus palabras, de sus actitudes ni de sus conductas. De ahí que en última instancia no sean responsables de sus actos. Paradójicamente, no existe ningún escenario mejor para practicar el verdadero amor que el que nos proporcionan estas conflictivas ceremonias navideñas.
¿QUÉ HA SIDO DEL FUEGO?
“Ama al prójimo como a ti mismo” (Jesús de Nazaret)
Hace muchos siglos, un hombre descubrió el arte de hacer fuego. Al día siguiente, cogió todos los elementos necesarios y se dirigió hacia el norte, donde se encontraban las tribus que más sufrían los efectos del frío glacial. Nada más llegar, les enseñó cómo crear fuego, así como sus enormes ventajas para la supervivencia. En un par de días, los habitantes ya sabían encender hogueras y las utilizaban para cocinar y calentarse.
Y antes de que tuvieran tiempo de darle las gracias al inventor, éste ya se había marchado. No estaba interesado en recibir agradecimientos ni alabanzas. Sólo quería que la gente se beneficiara del fuego. Y así fue como poblado tras poblado, poco a poco su fama empezó a extenderse por el país.
Sin embargo, de pronto se encontró con un gran obstáculo. Los sacerdotes de la época comenzaron a temer la enorme popularidad cosechada por aquel sabio inventor. Estaba disminuyendo la influencia y el control que tenían sobre la gente. Por esa razón decidieron envenenarlo. Y los habitantes, desolados, empezaron a sospechar de los clérigos. Para evitarse mayores conflictos, los sacerdotes mandaron hacer un enorme retrato del inventor. Lo colocaron en el altar principal de cada templo y crearon una serie de rituales para honrarlo. Pero ya nadie hacía fuego.
Así fue como cada semana la gente acudía en masa a las iglesias a rendir homenaje al inventor y a los elementos que permitían crear fuego. Las ceremonias se seguían al pie de la letra. Se habían convertido en una tradición nacional. Los sacerdotes recordaban por medio de grandilocuentes sermones los beneficios inherentes al fuego. Y la gente aplaudía y los veneraba. Todo el mundo hablaba del inventor. Y así ha sido desde hace más de dos mil años. A día de hoy abundan las estampitas que ilustran las llamas. Y los cantos sobre el calor y el olor que desprendía. Sin embargo, desde la muerte de aquel inventor, en aquel lugar jamás se ha vuelto a encender fuego.
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