Haz de cada día tu hogar.
Dale la bienvenida como se la darías a un viejo amigo que viene a tomar té.
No durará mucho tiempo, y es por eso que es tan precioso, incluso sagrado.
Contempla sus sorprendentes colores, aprecia sus salvajes sentimientos.
Permite que sus alegrías te conmuevan hasta las lágrimas, déjate sorprender por sus tristezas.
Siente la apasionante vida surgiendo a través de cada poro de este día de todos los días.
Y cuando llegue la noche, descansa tu cabeza en su almohada, húndete en su inmensidad, déjate caer en su abismo.
¿Tendremos un día más?
¿Y acaso importa, cuando éste se ha vivido plenamente?
Siéntete dispuesto a no ver ningún mañana.
Un día, vivido plenamente, siempre será más que suficiente.
La gratitud es la llave, y la cerradura jamás se construyó.
Jeff Foster
viernes, 28 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
LA GEOBIOLOGÍA
La Geobiología es la ciencia que estudia la relación entre la tierra (GEA) y los seres vivos (BIOS=vida), centrándose principalmente en el análisis de la calidad energética y vital del espacio habitado.
El espacio vital se define como un lugar interactivo y complejo, en el que inciden las más variadas influencias, procedentes del suelo y de la atmósfera, de objetos naturales y fabricados, de emisiones visibles y no visibles.
Se puede considerar como una Biología tópica, que estudia las interacciones entre los procesos biológicos y las energías que emanan de la tierra, las que provienen de las radiaciones cósmicas y las energías generadas por la actividad humana.
La Geobiología abarca un amplio campo de materias y extrae sus conocimientos multidisciplinares de ciencias como la Astrofísica, la Geofísica, la Hidrología, la Biología, la Electrónica, la Medicina, la Arquitectura,… aunando conocimientos ancestrales de la sabiduría tradicional con los conocimientos más profundos y recientes , fruto de investigaciones científicas , sobre la relación entre los seres vivos y las diferentes energías y radiaciones que componen la vida.
Con el estudio de la Geobiología aprendemos a reconocer las zonas favorables para la salud –el buen sitio– y a evitar las zonas malsanas.
El Dr. Hartmann, gran investigador pionero en Geobiología y sus efectos en la salud, sostenía la tesis de que el 60-70% de las enfermedades pueden ser motivadas por el lugar y tienen su origen en la vivienda en la que se habita.
Una prolongada exposición a una combinación de radiaciones diversas agota el sistema de autorregulación de los seres vivos, tanto el sistema nervioso, el neurovegetativo o el sistema inmunológico pueden quedar fuertemente alterados y tras la disfunciones generales aparece la enfermedad.
El espacio vital se define como un lugar interactivo y complejo, en el que inciden las más variadas influencias, procedentes del suelo y de la atmósfera, de objetos naturales y fabricados, de emisiones visibles y no visibles.
Se puede considerar como una Biología tópica, que estudia las interacciones entre los procesos biológicos y las energías que emanan de la tierra, las que provienen de las radiaciones cósmicas y las energías generadas por la actividad humana.
La Geobiología abarca un amplio campo de materias y extrae sus conocimientos multidisciplinares de ciencias como la Astrofísica, la Geofísica, la Hidrología, la Biología, la Electrónica, la Medicina, la Arquitectura,… aunando conocimientos ancestrales de la sabiduría tradicional con los conocimientos más profundos y recientes , fruto de investigaciones científicas , sobre la relación entre los seres vivos y las diferentes energías y radiaciones que componen la vida.
Con el estudio de la Geobiología aprendemos a reconocer las zonas favorables para la salud –el buen sitio– y a evitar las zonas malsanas.
El Dr. Hartmann, gran investigador pionero en Geobiología y sus efectos en la salud, sostenía la tesis de que el 60-70% de las enfermedades pueden ser motivadas por el lugar y tienen su origen en la vivienda en la que se habita.
Una prolongada exposición a una combinación de radiaciones diversas agota el sistema de autorregulación de los seres vivos, tanto el sistema nervioso, el neurovegetativo o el sistema inmunológico pueden quedar fuertemente alterados y tras la disfunciones generales aparece la enfermedad.
domingo, 16 de noviembre de 2014
LA GEOMETRÍA SAGRADA por Susana Macaya
La Geometría Sagrada nos revela un espectro muy amplio de figuras: la proporción áurea, los fractales, los sólidos platónicos, los mandalas, la flor de la vida y la vescica piscis.
Geometría, palabra que deriva de geo= tierra, materia, raíz; Metria= medida; Sagrada porque es la ciencia que estudia la disciplina de los patrones, códigos, proporciones y sistemas relacionados con la formación de fenómenos naturales y del Orden Universal y Divino. Estos, a su vez, son la esencia de la vida en la materia y el espíritu y dan forma a la creación del Universo, todo esto expresado en símbolos que se repiten permanentemente en un orden sucesivo de crecimiento y de orden cíclico. También se manifiesta en obras humanas; es en el periodo del arte antiguo y del arte clásico de Grecia y Roma donde se usaban estos cánones para que sus obras resultaran armoniosas.
Todo es vibración; la vibración es movimiento que describe un lineamiento geométrico o dibujo en el espacio. Y según sus diferentes variaciones y cánones, estos son los determinantes de las manifestaciones infinitas y variadas que componen el Orden Cósmico, en lo sutil y lo denso, en la materia y el espíritu.
Ciertas figuras, formas y proporciones son consideradas sagradas por encontrarse naturalmente en toda la Creación, como en el ADN, en las células de todo ser viviente, en los cristales, planetas, estrellas y galaxias. Entre las figuras sagradas, nombraremos los sólidos platónicos, el círculo, el toroide, la flor de la vida, la proporción áurea, el espiral de proporción áurea, la secuencia y espiral Fibonacci. Estas espirales de crecimiento son logarítmicas y equiangulares, y se mueven en direcciones opuestas, unidas dinérgicamente. Esto se repite de manera permanente en un orden sucesivo de crecimiento y de orden cíclico.
La serie Fibonacci es una secuencia de números, que puede apreciarse en la cantidad total de espirales en el girasol, como un ejemplo simple de esta espiral. La matriz matemática de la Geometría Sagrada es 528 Hz, frecuencia básica para fhi y phi de las series Fibonacci; es la vibración del campo unificado de la matriz fractal del Universo.
Esta secuencia o serie se caracteriza por una progresión sujeta a la sumatoria de que cada número que la compone es la suma de los dos anteriores 1+2=3 , 3+2 =5, 5+3=8..13 …. Y así al infinito.
Esta secuencia la encontramos en el crecimiento espiralado de las hojas de las plantas o de los pétalos de las flores, en las semillas de girasol o en las piñas, por nombrar algunos ejemplos.
Todos los seres están formados por un patrón inteligente o arquetipo que posee toda la información que determina su especie y la prolongación de la misma, y al cual pertenecemos. La ciencia probó que nuestros cuerpos están diseñados por sistemas geométricos y nuestro subconsciente reconoce símbolos complejos de Geometría Sagrada. Aunque nuestra razón no lo comprenda, esta geometría tiene un efecto poderoso en nuestra mente y en el cuerpo físico.
El proceso de la creación es científico y geométrico; son leyes naturales anteriores al conocimiento del ser humano.
Estas leyes naturales o principios se dividen en varios aspectos:
i) Los que nos revelan los principios de formación relacionados con el alma;
ii) los vinculados con las causas en movimiento, relacionadas con el espíritu;
iii) los relacionados con los procesos en formación, referidos a la materia;
iv) todos ellos demostrados con los siguientes elementos primarios y fórmulas;
v) los números como medidas;
vi) las figuras como coordenadas geométricas;
vii) los sonidos como razones armónicas;
viii) los colores como energía en acción;
ix) el movimiento como principio de relación.
Todos ellos nos demuestran que en cada elemento hay partes proporcionales de todos los demás. En el color, hay sonido; en el sonido, figuras; en las figuras, movimiento; y en todos hay números.
Esta ciencia proviene del conocimiento hermético heredado del antiguo Egipto y Grecia, donde se consideraba que antes del conocimiento de éste existió un solo poder inmensurable, único, inherente en el Num (indefinible mar cósmico), fuente infinita del Universo. Nos permite comprender quiénes somos, cómo estamos compuestos dentro del todo que nos contiene; de allí que seamos un todo o unidad.
Los egipcios y otras culturas antiguas utilizaron la Geometría Sagrada para la construcción arquitectónica de templos, pirámides y monumentos. Es también la base de la construcción del Arco Romano y de infinidad de construcciones que perpetúan este conocimiento.
Pitágoras decía que la nota musical es una función de la longitud de la cuerda que la produce en relación con la raíz cuadrada de su tensión.
Cuando se descubrió que todo elemento químico está regido por un número entero que se triplica, quedó demostrado el axioma pitagórico “que todo es número”. La materia expresa su transformación en números: el 1 en 2 y de este modo se explica el porqué los discípulos de Pitágoras pronunciaban su juramento sobre el Triángulo Sagrado de Heliópolis, a partir de los números naturales en la secuencia de 1+2+3+4=10.
La Geometría Sagrada nos revela un espectro muy amplio de figuras, entre las que podemos destacar la proporción áurea o divina proporción, los fractales, la espiral de proporción áurea, los sólidos platónicos, los mandalas, la flor de la vida, la vescica piscis, entre otras ya nombradas.
La Geometría Sagrada es un símbolo análogo del espíritu en la materia.
Podemos definir que la estructura del universo es geométrica.
La energía del universo es matemática; por consiguiente, todo es matemático y geométrico.
PROPORCIÓN ÁUREA O DIVINA PROPORCIÓN
La célebre proporción áurea no tiene principio ni fin. Puede ser observada, pero no limitada a un comienzo o un final. Es la base que relaciona las tres dimensiones entre sí y con la Naturaleza; de allí derivan todas las relaciones matemáticas fundamentales. Esta secuencia o fórmula se refiere a la relación recíproca entre dos partes desiguales de un todo, en donde “la parte menor es a la mayor, como la mayor es al todo”.
Se basa en una de las fórmulas matemáticas y de la Naturaleza pertenecientes a la Geometría Sagrada, aplicada por los sabios de la Antigüedad en la arquitectura, escultura y pintura. Esta antigua fórmula, cuyo origen se pierde en el tiempo, era empleada por ellos para resolver muchas incógnitas. Se la reconocía por la letra griega tau, que procede de la palabra “cortar” o “seccionar”. A principios del siglo XX, se define como phi, primera letra del nombre del escultor griego Fidias 490 – 430 AC, en honor a las formas bellas y diversas que creó basándose en el número sagrado con el valor de 1,618033. La división de una línea con esta proporción origina la creación de otra línea idéntica a la original.
Lo anterior nos sugiere que este proceso es indefinido; tiene su lugar en la repetición sucesiva que origina el crecimiento.
Entre quienes mantuvieron este planteamiento, se encuentra el escultor griego Policleto, que realizó la famosa escultura del Doríforo con esta fórmula matemática, a la cual denominó de la belleza: “Si tomamos una unidad de medida de cierta parte del cuerpo, esta nos indica las dimensiones que deben tener las demás para que la obra resulte estéticamente perfecta”.
Euclides trasmitió estos conocimientos sobre la base de esta fórmula en el “Tratado de las proporciones humanas”. Fidias dirigió la construcción del Partenón y sus esculturas basándose en la proporción áurea.
Kepler, basado en este principio, enunció que “el cuadrado del tiempo que tarda un planeta en dar la vuelta alrededor del Sol es directamente proporcional al cubo de la distancia media con el Sol”: fórmula implícita en el movimiento planetario.
Newton sostenía que la gravedad del Universo responde a que “los cuerpos se atraen entre sí en razón directa de sus masas y en razón inversa al cuadrado de sus distancias”.
Estas fórmulas pertenecientes a la percepción medible y mensurable del ser humano con el Universo también son aplicables para lo inmensurable, como sostienen los sabios de la Antigüedad.
MANDALAS
Las formas geométricas puras no se estancan en una fórmula estática, sino que están en constante generación, conexión, evolución e involución, pasando de una forma a otra y cada una en diferentes frecuencias y velocidades, ya sea en nuestro cuerpo o en todo ser viviente, material o inmaterial. Esto crea continuamente “mandalas” tridimensionales, cuatridimensionales vivientes y cambiantes, porque permanentemente evolucionan a infinitos patrones geométricos concéntricos que se despliegan en una espiral constante llamada “espiral de proporción áurea”.
La proporción áurea no tiene principio ni fin. Se puede definir como la trayectoria del espíritu. Puede ser observada, pero no limitada a ningún principio o fin, por el continuo evolucionar a espirales que aumentan o disminuyen, a medidas infinitesimales que traspasan el plano de una dimensión y entran en otra, de menor a mayor progresivamente, y así al infinito con diferentes frecuencias vibracionales que pueden estar más allá de la velocidad de la luz y que también pueden ser desconocidas para el ser humano.
Es un símbolo de proporciones armónicas de la configuración geométrica y matemática, símbolo o analogía del espíritu en la materia, porque entrelaza las dimensiones materiales y etéricas. Es la disposición o correspondencia de las partes del todo o de las cosas relacionadas entre sí.
La proporción áurea es impactante por ser armoniosa y placentera. Esta geometría y lo que ella implica nos da la idea de que este orden que rige a la Naturaleza y el Cosmos también deberíamos trasladarlo a nuestro mundo físico y a nuestro modo de vida.
Pitágoras decía: “El límite da forma a lo ilimitado”. También esto nos habla de la gran armonía que se logra por el conocimiento matemático y el amor; porque Cosmos significa orden, y este es Armonía. A todo esto se le llamó simetría y dinergia, que es igual a la proporción o medida entre el todo y las partes.
El alma es una armonía, y la moderación, la amabilidad, las virtudes son amor por la armonía, del que deriva el respeto hacia todos, por consiguiente al Todo y a las partes. La belleza es la armonía que une a la diversidad y existe una relación entre la armonía y las proporciones.
La proporción áurea y la serie Fibonacci son los mayores exponentes de mediciones matemático-geométricas demostradas en el crecimiento y evolución de todo lo creado.
FUENTE
Imagen 1
Imagen 2
Geometría, palabra que deriva de geo= tierra, materia, raíz; Metria= medida; Sagrada porque es la ciencia que estudia la disciplina de los patrones, códigos, proporciones y sistemas relacionados con la formación de fenómenos naturales y del Orden Universal y Divino. Estos, a su vez, son la esencia de la vida en la materia y el espíritu y dan forma a la creación del Universo, todo esto expresado en símbolos que se repiten permanentemente en un orden sucesivo de crecimiento y de orden cíclico. También se manifiesta en obras humanas; es en el periodo del arte antiguo y del arte clásico de Grecia y Roma donde se usaban estos cánones para que sus obras resultaran armoniosas.
Todo es vibración; la vibración es movimiento que describe un lineamiento geométrico o dibujo en el espacio. Y según sus diferentes variaciones y cánones, estos son los determinantes de las manifestaciones infinitas y variadas que componen el Orden Cósmico, en lo sutil y lo denso, en la materia y el espíritu.
Ciertas figuras, formas y proporciones son consideradas sagradas por encontrarse naturalmente en toda la Creación, como en el ADN, en las células de todo ser viviente, en los cristales, planetas, estrellas y galaxias. Entre las figuras sagradas, nombraremos los sólidos platónicos, el círculo, el toroide, la flor de la vida, la proporción áurea, el espiral de proporción áurea, la secuencia y espiral Fibonacci. Estas espirales de crecimiento son logarítmicas y equiangulares, y se mueven en direcciones opuestas, unidas dinérgicamente. Esto se repite de manera permanente en un orden sucesivo de crecimiento y de orden cíclico.
La serie Fibonacci es una secuencia de números, que puede apreciarse en la cantidad total de espirales en el girasol, como un ejemplo simple de esta espiral. La matriz matemática de la Geometría Sagrada es 528 Hz, frecuencia básica para fhi y phi de las series Fibonacci; es la vibración del campo unificado de la matriz fractal del Universo.
Esta secuencia o serie se caracteriza por una progresión sujeta a la sumatoria de que cada número que la compone es la suma de los dos anteriores 1+2=3 , 3+2 =5, 5+3=8..13 …. Y así al infinito.
Esta secuencia la encontramos en el crecimiento espiralado de las hojas de las plantas o de los pétalos de las flores, en las semillas de girasol o en las piñas, por nombrar algunos ejemplos.
Todos los seres están formados por un patrón inteligente o arquetipo que posee toda la información que determina su especie y la prolongación de la misma, y al cual pertenecemos. La ciencia probó que nuestros cuerpos están diseñados por sistemas geométricos y nuestro subconsciente reconoce símbolos complejos de Geometría Sagrada. Aunque nuestra razón no lo comprenda, esta geometría tiene un efecto poderoso en nuestra mente y en el cuerpo físico.
El proceso de la creación es científico y geométrico; son leyes naturales anteriores al conocimiento del ser humano.
Estas leyes naturales o principios se dividen en varios aspectos:
i) Los que nos revelan los principios de formación relacionados con el alma;
ii) los vinculados con las causas en movimiento, relacionadas con el espíritu;
iii) los relacionados con los procesos en formación, referidos a la materia;
iv) todos ellos demostrados con los siguientes elementos primarios y fórmulas;
v) los números como medidas;
vi) las figuras como coordenadas geométricas;
vii) los sonidos como razones armónicas;
viii) los colores como energía en acción;
ix) el movimiento como principio de relación.
Todos ellos nos demuestran que en cada elemento hay partes proporcionales de todos los demás. En el color, hay sonido; en el sonido, figuras; en las figuras, movimiento; y en todos hay números.
Esta ciencia proviene del conocimiento hermético heredado del antiguo Egipto y Grecia, donde se consideraba que antes del conocimiento de éste existió un solo poder inmensurable, único, inherente en el Num (indefinible mar cósmico), fuente infinita del Universo. Nos permite comprender quiénes somos, cómo estamos compuestos dentro del todo que nos contiene; de allí que seamos un todo o unidad.
Los egipcios y otras culturas antiguas utilizaron la Geometría Sagrada para la construcción arquitectónica de templos, pirámides y monumentos. Es también la base de la construcción del Arco Romano y de infinidad de construcciones que perpetúan este conocimiento.
Pitágoras decía que la nota musical es una función de la longitud de la cuerda que la produce en relación con la raíz cuadrada de su tensión.
Cuando se descubrió que todo elemento químico está regido por un número entero que se triplica, quedó demostrado el axioma pitagórico “que todo es número”. La materia expresa su transformación en números: el 1 en 2 y de este modo se explica el porqué los discípulos de Pitágoras pronunciaban su juramento sobre el Triángulo Sagrado de Heliópolis, a partir de los números naturales en la secuencia de 1+2+3+4=10.
La Geometría Sagrada nos revela un espectro muy amplio de figuras, entre las que podemos destacar la proporción áurea o divina proporción, los fractales, la espiral de proporción áurea, los sólidos platónicos, los mandalas, la flor de la vida, la vescica piscis, entre otras ya nombradas.
La Geometría Sagrada es un símbolo análogo del espíritu en la materia.
Podemos definir que la estructura del universo es geométrica.
La energía del universo es matemática; por consiguiente, todo es matemático y geométrico.
PROPORCIÓN ÁUREA O DIVINA PROPORCIÓN
La célebre proporción áurea no tiene principio ni fin. Puede ser observada, pero no limitada a un comienzo o un final. Es la base que relaciona las tres dimensiones entre sí y con la Naturaleza; de allí derivan todas las relaciones matemáticas fundamentales. Esta secuencia o fórmula se refiere a la relación recíproca entre dos partes desiguales de un todo, en donde “la parte menor es a la mayor, como la mayor es al todo”.
Se basa en una de las fórmulas matemáticas y de la Naturaleza pertenecientes a la Geometría Sagrada, aplicada por los sabios de la Antigüedad en la arquitectura, escultura y pintura. Esta antigua fórmula, cuyo origen se pierde en el tiempo, era empleada por ellos para resolver muchas incógnitas. Se la reconocía por la letra griega tau, que procede de la palabra “cortar” o “seccionar”. A principios del siglo XX, se define como phi, primera letra del nombre del escultor griego Fidias 490 – 430 AC, en honor a las formas bellas y diversas que creó basándose en el número sagrado con el valor de 1,618033. La división de una línea con esta proporción origina la creación de otra línea idéntica a la original.
Lo anterior nos sugiere que este proceso es indefinido; tiene su lugar en la repetición sucesiva que origina el crecimiento.
Entre quienes mantuvieron este planteamiento, se encuentra el escultor griego Policleto, que realizó la famosa escultura del Doríforo con esta fórmula matemática, a la cual denominó de la belleza: “Si tomamos una unidad de medida de cierta parte del cuerpo, esta nos indica las dimensiones que deben tener las demás para que la obra resulte estéticamente perfecta”.
Euclides trasmitió estos conocimientos sobre la base de esta fórmula en el “Tratado de las proporciones humanas”. Fidias dirigió la construcción del Partenón y sus esculturas basándose en la proporción áurea.
Kepler, basado en este principio, enunció que “el cuadrado del tiempo que tarda un planeta en dar la vuelta alrededor del Sol es directamente proporcional al cubo de la distancia media con el Sol”: fórmula implícita en el movimiento planetario.
Newton sostenía que la gravedad del Universo responde a que “los cuerpos se atraen entre sí en razón directa de sus masas y en razón inversa al cuadrado de sus distancias”.
Estas fórmulas pertenecientes a la percepción medible y mensurable del ser humano con el Universo también son aplicables para lo inmensurable, como sostienen los sabios de la Antigüedad.
MANDALAS
Las formas geométricas puras no se estancan en una fórmula estática, sino que están en constante generación, conexión, evolución e involución, pasando de una forma a otra y cada una en diferentes frecuencias y velocidades, ya sea en nuestro cuerpo o en todo ser viviente, material o inmaterial. Esto crea continuamente “mandalas” tridimensionales, cuatridimensionales vivientes y cambiantes, porque permanentemente evolucionan a infinitos patrones geométricos concéntricos que se despliegan en una espiral constante llamada “espiral de proporción áurea”.
La proporción áurea no tiene principio ni fin. Se puede definir como la trayectoria del espíritu. Puede ser observada, pero no limitada a ningún principio o fin, por el continuo evolucionar a espirales que aumentan o disminuyen, a medidas infinitesimales que traspasan el plano de una dimensión y entran en otra, de menor a mayor progresivamente, y así al infinito con diferentes frecuencias vibracionales que pueden estar más allá de la velocidad de la luz y que también pueden ser desconocidas para el ser humano.
Es un símbolo de proporciones armónicas de la configuración geométrica y matemática, símbolo o analogía del espíritu en la materia, porque entrelaza las dimensiones materiales y etéricas. Es la disposición o correspondencia de las partes del todo o de las cosas relacionadas entre sí.
La proporción áurea es impactante por ser armoniosa y placentera. Esta geometría y lo que ella implica nos da la idea de que este orden que rige a la Naturaleza y el Cosmos también deberíamos trasladarlo a nuestro mundo físico y a nuestro modo de vida.
Pitágoras decía: “El límite da forma a lo ilimitado”. También esto nos habla de la gran armonía que se logra por el conocimiento matemático y el amor; porque Cosmos significa orden, y este es Armonía. A todo esto se le llamó simetría y dinergia, que es igual a la proporción o medida entre el todo y las partes.
El alma es una armonía, y la moderación, la amabilidad, las virtudes son amor por la armonía, del que deriva el respeto hacia todos, por consiguiente al Todo y a las partes. La belleza es la armonía que une a la diversidad y existe una relación entre la armonía y las proporciones.
La proporción áurea y la serie Fibonacci son los mayores exponentes de mediciones matemático-geométricas demostradas en el crecimiento y evolución de todo lo creado.
FUENTE
Imagen 1
Imagen 2
EL TEATRO DE GATOS DE KUKLACHEV
¿Un teatro de gatos? ¿Un circo de gatos?
Puede que sólo escuchando el título de la entrada puedas pensar que se trata una vez más de una exhibición de cómo el hombre domina la naturaleza usando la fuerza. Pero no...
Date el permiso de escuchar a Juri Kuklachov tan sólo el primer minuto de esta entrevista, y después puedes decidir si seguir o no.
Juri Kuklachov comunica desde el corazón, vive desde el corazón, y no sólo habla de los gatos y de cómo consigue que hagan lo que hagan, sino de cómo esa forma de tratarles se puede aplicar también a los niños. Ni a los gatos ni a los niños se les puede obligar a hacer nada. Sólo hay que observarlos para descubrir en ellos sus capacidades y fomentarlas.
Toda una lección de pedagogía de esta nueva era.
Entrevista:
A Solas con Yuri Kuklachov, fundador del teatro de gatos de Moscú

Página web del teatro:
http://www.kuklachev.ru/eng/
viernes, 14 de noviembre de 2014
PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS
Los pensamientos y sentimientos
no tienen ningún poder sobre ti
hasta que les das poder
a través de olvidar tu verdadera naturaleza.
Tú eres el océano; ellos son las olas siempre cambiantes.
Tú eres el insondable cielo; ellos son las nubes pasajeras.
Tú eres el contenedor incontenible;
ellos son huéspedes bienvenidos en tu infinito abrazo.
Los pensamientos y los sentimientos no son tú, amigo,
sin embargo, eres los suficientemente inmenso para acogerlos,
para dejarlos ir y venir,
surgir y desvanecerse,
emerger, pervivir por un tiempo y desaparecer en un sueño profundo.
Y entonces tú permaneces, despierto.
Jeff Foster
no tienen ningún poder sobre ti
hasta que les das poder
a través de olvidar tu verdadera naturaleza.
Tú eres el océano; ellos son las olas siempre cambiantes.
Tú eres el insondable cielo; ellos son las nubes pasajeras.
Tú eres el contenedor incontenible;
ellos son huéspedes bienvenidos en tu infinito abrazo.
Los pensamientos y los sentimientos no son tú, amigo,
sin embargo, eres los suficientemente inmenso para acogerlos,
para dejarlos ir y venir,
surgir y desvanecerse,
emerger, pervivir por un tiempo y desaparecer en un sueño profundo.
Y entonces tú permaneces, despierto.
Jeff Foster
jueves, 13 de noviembre de 2014
LOS 4 ESTADOS DE CONSCIENCIA
Vivimos en una sociedad tan inconsciente que hasta hace poco la RAE consideraba que las palabras "conciencia" y "consciencia" era sinónimos. Sin embargo, tienen significados bastante diferentes. Por un lado, "conciencia" es esa vocecita interior que cuando vivimos identificados con el ego nos dice lo que está bien y lo que está mal. Y cuando vivimos conectados con nuestra verdadera esencia nos inspira a dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento y frente a cada situación, sin caer en juicios morales y subjetivos de ningún tipo. Por otro lado, "consciencia" tiene que ver con darse cuenta, estar presente, observarse a uno mismo y, en definitiva, vivir aquí y ahora. El quid de la cuestión es que no podemos regirnos por nuestra conciencia si no vivimos de forma consciente.
En este sentido, cabe señalar que existen diferentes estadios evolutivos en función de nuestro nivel de consciencia.
El primero se llama "Inconsciente". En él vivimos de forma egocéntrica, victimista y reactiva, culpando siempre a algo o alguien externo a nosotros. Ridiculizamos y nos oponemos violentamente al autoconocimiento porque tenemos mucho miedo al cambio.
El segundo se conoce como "Consciente de la inconsciencia". Es decir, nos damos cuenta de que tenemos un lado oscuro y de que hay algo en nuestro interior que podríamos revisar, en vez de malgastar toda nuestra energía en cambiar a los demás y el mundo en el que vivimos. Es entonces cuando, movidos por una saturación de sufrimiento nos adentramos en una crisis existencial que nos conduce a la humildad de estar abiertos a conocernos mejor y de cuestionar nuestro estilo de vida. Pero debido a nuestra falta de comprensión y de entrenamiento seguimos en conflicto con nosotros mismos y con la realidad. En esta etapa solemos decir "¡qué felices los ignorantes!"
El tercer nivel se denomina "Consciente". Aquí ya nos conocemos mejor y nuestro ego está más o menos integrado, con lo que somos altruistas, responsables y proactivos, sabiendo cómo cultivar un bienestar duradero. Se activan capacidades más elevadas que nos permiten afrontar la adversidad como una oportunidad de aprendizaje. Descubrimos quiénes verdaderamente somos -más allá del personaje- y se revela nuestro propósito de vida.
Finalmente, la cuarta etapa se llama "Consciente de la conciencia". Totalmente desidentificados del ego, nos fundimos con la realidad, comprehendiendo que el observador y lo observado son lo mismo. El silencio y la meditación se convierten en compañeros de viaje para preservar la profunda sensación de conexión, unidad y totalidad que se siente en el interior. Paradójicamente, se trata de una experiencia mística donde no hay lugar para el experimentador. Suele ser un estado temporal, que deja una huella imborrable en la memoria del corazón.
Estos cuatro estados de consciencia no son lineales, sino que se transitan en espiral. A veces damos tres pasos hacia adelante y dos para atrás. Eso sí, la sabiduría que se adquiere por el camino jamás se pierde; se acumula en nuestra conciencia, a la cual accedemos cuando vivimos de forma consciente. De ahí que se suela utilizar la metáfora del "despertar" para aquellos que se han dado cuenta de la importancia de mirar hacia adentro, respetando los procesos de quienes siguen "dormidos" -en lucha y conflicto consigo mismos- por estar constantemente perdidos mirando hacia afuera.
En este sentido, cabe señalar que existen diferentes estadios evolutivos en función de nuestro nivel de consciencia.
El primero se llama "Inconsciente". En él vivimos de forma egocéntrica, victimista y reactiva, culpando siempre a algo o alguien externo a nosotros. Ridiculizamos y nos oponemos violentamente al autoconocimiento porque tenemos mucho miedo al cambio.
El segundo se conoce como "Consciente de la inconsciencia". Es decir, nos damos cuenta de que tenemos un lado oscuro y de que hay algo en nuestro interior que podríamos revisar, en vez de malgastar toda nuestra energía en cambiar a los demás y el mundo en el que vivimos. Es entonces cuando, movidos por una saturación de sufrimiento nos adentramos en una crisis existencial que nos conduce a la humildad de estar abiertos a conocernos mejor y de cuestionar nuestro estilo de vida. Pero debido a nuestra falta de comprensión y de entrenamiento seguimos en conflicto con nosotros mismos y con la realidad. En esta etapa solemos decir "¡qué felices los ignorantes!"
El tercer nivel se denomina "Consciente". Aquí ya nos conocemos mejor y nuestro ego está más o menos integrado, con lo que somos altruistas, responsables y proactivos, sabiendo cómo cultivar un bienestar duradero. Se activan capacidades más elevadas que nos permiten afrontar la adversidad como una oportunidad de aprendizaje. Descubrimos quiénes verdaderamente somos -más allá del personaje- y se revela nuestro propósito de vida.
Finalmente, la cuarta etapa se llama "Consciente de la conciencia". Totalmente desidentificados del ego, nos fundimos con la realidad, comprehendiendo que el observador y lo observado son lo mismo. El silencio y la meditación se convierten en compañeros de viaje para preservar la profunda sensación de conexión, unidad y totalidad que se siente en el interior. Paradójicamente, se trata de una experiencia mística donde no hay lugar para el experimentador. Suele ser un estado temporal, que deja una huella imborrable en la memoria del corazón.
Estos cuatro estados de consciencia no son lineales, sino que se transitan en espiral. A veces damos tres pasos hacia adelante y dos para atrás. Eso sí, la sabiduría que se adquiere por el camino jamás se pierde; se acumula en nuestra conciencia, a la cual accedemos cuando vivimos de forma consciente. De ahí que se suela utilizar la metáfora del "despertar" para aquellos que se han dado cuenta de la importancia de mirar hacia adentro, respetando los procesos de quienes siguen "dormidos" -en lucha y conflicto consigo mismos- por estar constantemente perdidos mirando hacia afuera.
martes, 11 de noviembre de 2014
LOS DIEZ LADRONES DE TU ENERGÍA
1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un bote para echar su basura, procura que no sea en tu mente.
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.
4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.
5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
6- Tira, levanta y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.
8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.
9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.
Dalai Lama.
Fuente
2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.
5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
6- Tira, levanta y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.
8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.
9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.
Dalai Lama.
Fuente
sábado, 8 de noviembre de 2014
INDEFINIDO
Deja todo sin definir,
incluyéndote a ti mismo.
Haz amistad con la incertidumbre.
Enamórate del misterio.
Arrodíllate ante el altar del No Saber.
Dale a tus preguntas tiempo para respirar.
Y las respuestas te encontrarán.
Jeff Foster
Haz amistad con la incertidumbre.
Enamórate del misterio.
Arrodíllate ante el altar del No Saber.
Dale a tus preguntas tiempo para respirar.
Y las respuestas te encontrarán.
Jeff Foster
Suscribirse a:
Entradas (Atom)