La mayor parte de la gente que se enfrenta a una muerte inminente lamenta no haber vivido fiel a sus sentimientos.
Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.
Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.
Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:
1.-"Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí":
Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.
2.-"Desearía no haber trabajado tan duro":
Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.
3.-"Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos":
Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.
4.-"Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos":
Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.
5.-"Desearía haberme permitido ser más feliz":
Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.
Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante. Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.
Fuente: http://www.abc.es/20111214/medios-redes/abci-cosas-antes-morir-201112140931.html
miércoles, 25 de septiembre de 2013
martes, 24 de septiembre de 2013
QUE NO TE QUITEN LA ILUSIÓN
¿No te ha pasado nunca que, tras vencer tus miedos, has decidido embarcarte en nuevo proyecto ilusionante, o que has dado el primer paso para cambiar el rumbo de tu vida aunque te haya costado un montón animarte a ello y que alguien, supuestamente un "buen amigo" te llena de dudas diciéndote que es por tu bien, que solo quiere lo mejor para ti?
Protégete de cualquiera que te haga dudar de tus metas, de tus ideales. Son "ROBASUEÑOS". Lo que hacen es proyectar sus miedos en ti. Ya te cuesta bastante decidirte, tomar impulso, como para tener que soportar también el peso de aquellos que tienen una vida mediocre y pretenden que la tengas tú también. Ya sabes lo que dicen: Mal de muchos, consuelo de tontos.
Acércate sin embargo a las personas que sí se atreven, que apuestan, que tienen ideales, a los alegres y positivos que no temen el cambio o que aunque lo teman deciden vencerlo. Ellos te animarán e impulsarán. Solventarán tus dudas. Serán tu inspiración. Fíjate como enfrentan la vida, siempre de cara.
En cambio las otras, las de los miedos, las de las dudas, las que se esconden, nunca querrán tu éxito ni tu triunfo. No necesitas sus consejos. No les escuches. Cualquiera que siembre en ti la mínima sombra de duda, es una persona que quiere tu fracaso. Diferente es que alguien te aporte unos datos precisos y concretos que te hagan más fácil tomar una decisión en un sentido u otro. Pero la elección ha de ser tuya, porque tu vida es tuya y tu eres quien la va a vivir, llena de oscuridad o llena de luz. Pero nadie puede osar a entrar en tu intimidad para desgarrarla. Impídelo con ahínco.
Es fácil distinguir a los ladrones de sueños. Siempre están al quite para eliminar de ti cualquier ilusión y sustituirla por un sentimiento de imposibilidad, de frustración, de fatalismo o de negatividad. Te dejarán hundido haciéndote creer que no vales, o que no puedes, o que eso es muy difícil para ti o que te tendrás que sacrificar en exceso. Y acabarán haciéndote sentir mal y culpable si no obedeces sus recomendaciones. Ya en esa situación y tú convertido en un océano titubeante, tus objetivos se irán al traste. Lo han conseguido: te han matado la ilusión.
Cuando alguien me hace dudar y ejerce contra mí una crítica destructiva, aprovecho la ocasión para coger de esa crítica mi fuerza y convertirla en impulso. Si alguien me dice: "No lo vas a conseguir", entonces es cuando sé que lo voy a conseguir con toda seguridad.
No te enfades con ellos, ni dejes que te hundan, porque lo importante no es lo que los demás piensen de ti, sino lo que tú piensas de ti mismo. Los visionarios y los soñadores son los que mueven el mundo. Sueña en grande y déjate sorprender. Y sobre todo no pierdas más tu tiempo con personas que no quieren cambiar.
Usa tu valentía y coraje para deshacerte de aquellos que pretendan robar tus sueños, tus anhelos o tus ideales.
Fuente: http://vivirconemociones.blogspot.com.es/2013/07/protegete-de-los-robasuenos.html
Protégete de cualquiera que te haga dudar de tus metas, de tus ideales. Son "ROBASUEÑOS". Lo que hacen es proyectar sus miedos en ti. Ya te cuesta bastante decidirte, tomar impulso, como para tener que soportar también el peso de aquellos que tienen una vida mediocre y pretenden que la tengas tú también. Ya sabes lo que dicen: Mal de muchos, consuelo de tontos.
Acércate sin embargo a las personas que sí se atreven, que apuestan, que tienen ideales, a los alegres y positivos que no temen el cambio o que aunque lo teman deciden vencerlo. Ellos te animarán e impulsarán. Solventarán tus dudas. Serán tu inspiración. Fíjate como enfrentan la vida, siempre de cara.
En cambio las otras, las de los miedos, las de las dudas, las que se esconden, nunca querrán tu éxito ni tu triunfo. No necesitas sus consejos. No les escuches. Cualquiera que siembre en ti la mínima sombra de duda, es una persona que quiere tu fracaso. Diferente es que alguien te aporte unos datos precisos y concretos que te hagan más fácil tomar una decisión en un sentido u otro. Pero la elección ha de ser tuya, porque tu vida es tuya y tu eres quien la va a vivir, llena de oscuridad o llena de luz. Pero nadie puede osar a entrar en tu intimidad para desgarrarla. Impídelo con ahínco.
Es fácil distinguir a los ladrones de sueños. Siempre están al quite para eliminar de ti cualquier ilusión y sustituirla por un sentimiento de imposibilidad, de frustración, de fatalismo o de negatividad. Te dejarán hundido haciéndote creer que no vales, o que no puedes, o que eso es muy difícil para ti o que te tendrás que sacrificar en exceso. Y acabarán haciéndote sentir mal y culpable si no obedeces sus recomendaciones. Ya en esa situación y tú convertido en un océano titubeante, tus objetivos se irán al traste. Lo han conseguido: te han matado la ilusión.
Cuando alguien me hace dudar y ejerce contra mí una crítica destructiva, aprovecho la ocasión para coger de esa crítica mi fuerza y convertirla en impulso. Si alguien me dice: "No lo vas a conseguir", entonces es cuando sé que lo voy a conseguir con toda seguridad.
No te enfades con ellos, ni dejes que te hundan, porque lo importante no es lo que los demás piensen de ti, sino lo que tú piensas de ti mismo. Los visionarios y los soñadores son los que mueven el mundo. Sueña en grande y déjate sorprender. Y sobre todo no pierdas más tu tiempo con personas que no quieren cambiar.
Usa tu valentía y coraje para deshacerte de aquellos que pretendan robar tus sueños, tus anhelos o tus ideales.
Fuente: http://vivirconemociones.blogspot.com.es/2013/07/protegete-de-los-robasuenos.html
jueves, 19 de septiembre de 2013
¿LAS PERSONAS FRACASAN A PROPÓSITO?
Puedes estar pensando, ¿quién en su sano juicio fracasa a propósito? Sin embargo, cuando te enteras que el 90% de los negocios fracasan antes de los primeros cinco años, que uno de cada dos matrimonios terminan en divorcio, que el 85% de las personas no han ahorrado para su retiro, o que ocho de cada diez personas manifiestan que su trabajo no los motiva ni los entusiasma, comienzas a pensar que es como si la mayoría de la personas, a propósito se hubiesen propuesto fracasar.
La realidad es que son más las personas que fracasan que las que triunfan. Ahora bien, ellas no planean su fracaso, el problema es que tampoco planean su éxito, y al no planear su éxito, de por sí están planeando su fracaso. ¿Cuál es el factor que con mayor frecuencia las sentencia al fracaso? Algunos creen que es el factor “suerte”. Según ellos, la suerte juega un papel vital en el logro del éxito. Si no está de tu lado, no hay nada que puedas hacer. Otras se quejan de no poder hacer todo lo que quieren debido al factor “tiempo”. Para ellas, la falta de tiempo suficiente para lograr todo lo que ambicionan parece ser una gran limitante en sus vidas. Otros más creen que la verdadera razón de su fracaso ha sido el factor “dinero”. “Dinero llama dinero”, dice el dicho, y si no la tienes desde un principio la posibilidad de conseguirla es muy pequeña.
Y así, hay muchos otros factores que parecen influir considerablemente en la capacidad para lograr el éxito: Educación, oportunidades, tiempo, conocimiento, etc. Todos ellos indudablemente importantes pero, ninguno absolutamente indispensable para triunfar. Piensa, por ejemplo, que muchas personas con poca o ninguna educación escolar triunfan mientras otras con largos años de preparación y estudio no logran salir adelante, o que empresarios con suficientes recursos económicos fracasan en los negocios, mientras otros construyen grandes empresas habiendo empezado con escasos recursos.
¿En qué consiste? ¿Te has puesto a pensar cómo transcurriría tu día si antes de llevar a cabo la multitud de actividades que suelen ocupar cada minuto del día, pudieras determinar con certeza la actividad que agregará mayor valor a ese día; ¿Cómo afectaría tu productividad personal el poder enfocar en ella todo tu esfuerzo, eliminando la multitud de trivialidades innecesarias que congestionan tu día?
Lamentablemente la mayoría de nosotros vive una realidad muy distinta, actuamos sin saber si lo que estamos haciendo nos está acercando a nuestras metas o no, y al final de cada jornada, exhaustos por la cantidad de tareas, quehaceres y diligencias que han ocupado cada segundo de nuestro tiempo, nos preguntamos: “¿Qué hice hoy?” ¿Fracasé o tuve éxito?
Fuente: http://abundanciainfinita.com/abundancia/personas-fracasan-proposito/
miércoles, 18 de septiembre de 2013
FÓRMULA PARA EL ÉXITO
Hay dos factores determinantes a la hora de alcanzar el éxito en cualquier faceta que queramos conseguir.
- Por un lado está la actitud:
¿Eres de las personas que anticipan el fracaso convirtiendo cualquier opción en algo negativo?
¿Sientes miedo ante los cambios?
¿Asumes tus responsabilidades, o esperas a que otro lo haga por ti?
¿Cuando alguien te supera en algo, le admiras o te acobardas?
¿Te quejas, criticas, buscas culpables de lo que tú solito podrías resolver?
¿Desconfías de las oportunidades?
Todo son síntomas de poca actitud ante la vida, ante lo novedoso, ante los retos. En definitiva, es un reflejo de un miedo (falso) al propio éxito, a la abundancia o prosperidad. Una actitud pobre no traerá más que pobreza. Una actitud abierta a recibir con alegría, no traerá más que regalos.
Como posees libre albedrío, la actitud que decidas mostrar es la que marcará la diferencia.
- Por otro lado está la paciencia:
¿Eres de los que lo quieren todo y lo quieren ya?
¿O prefieres tumbarte en el sofá, hacer zapping y dejar que la vida pase?
¿Te ilusionas con los proyectos, pero si no llega la recompensa rápido te hundes, desesperas y hasta renuncias?
¿Eres capaz de sembrar y esperar el tiempo necesario para cosechar?
La paciencia es esa cualidad que permite marcarte un objetivo, sin empeñarte en conseguirlo a cualquier precio. Invita a recorrer el camino disfrutando de cada pequeño paso, de cada acierto. Enseña a parar y aprender de cada error para no repetir en el futuro. Llena de asombro y admiración por las personas que vamos encontrando en sus diferentes andanzas, unas veces brindando ayuda, otras pidiendo colaboración. Lo importante no es la meta, porque ¿quién sabe?, a lo mejor cuando vas llegando a ese punto, eres otro y prefieres una elección diferente. La belleza está en cada paso del recorrido.
Una persona con mucha actitud y poca paciencia acaba padeciendo ansiedad y estrés.
Si muestra poca actitud y mucha paciencia, terminará en apatía y pasotismo.
La fórmula para el éxito seguro es: mucha actitud y mucha paciencia. ¿No quieres probar?
Fuente: http://vivirconemociones.blogspot.com.es/2013/04/actitud-paciencia.html
- Por un lado está la actitud:
¿Eres de las personas que anticipan el fracaso convirtiendo cualquier opción en algo negativo?
¿Sientes miedo ante los cambios?
¿Asumes tus responsabilidades, o esperas a que otro lo haga por ti?
¿Cuando alguien te supera en algo, le admiras o te acobardas?
¿Te quejas, criticas, buscas culpables de lo que tú solito podrías resolver?
¿Desconfías de las oportunidades?
Todo son síntomas de poca actitud ante la vida, ante lo novedoso, ante los retos. En definitiva, es un reflejo de un miedo (falso) al propio éxito, a la abundancia o prosperidad. Una actitud pobre no traerá más que pobreza. Una actitud abierta a recibir con alegría, no traerá más que regalos.
Como posees libre albedrío, la actitud que decidas mostrar es la que marcará la diferencia.
- Por otro lado está la paciencia:
¿Eres de los que lo quieren todo y lo quieren ya?
¿O prefieres tumbarte en el sofá, hacer zapping y dejar que la vida pase?
¿Te ilusionas con los proyectos, pero si no llega la recompensa rápido te hundes, desesperas y hasta renuncias?
¿Eres capaz de sembrar y esperar el tiempo necesario para cosechar?
La paciencia es esa cualidad que permite marcarte un objetivo, sin empeñarte en conseguirlo a cualquier precio. Invita a recorrer el camino disfrutando de cada pequeño paso, de cada acierto. Enseña a parar y aprender de cada error para no repetir en el futuro. Llena de asombro y admiración por las personas que vamos encontrando en sus diferentes andanzas, unas veces brindando ayuda, otras pidiendo colaboración. Lo importante no es la meta, porque ¿quién sabe?, a lo mejor cuando vas llegando a ese punto, eres otro y prefieres una elección diferente. La belleza está en cada paso del recorrido.
Una persona con mucha actitud y poca paciencia acaba padeciendo ansiedad y estrés.
Si muestra poca actitud y mucha paciencia, terminará en apatía y pasotismo.
La fórmula para el éxito seguro es: mucha actitud y mucha paciencia. ¿No quieres probar?
Fuente: http://vivirconemociones.blogspot.com.es/2013/04/actitud-paciencia.html
martes, 10 de septiembre de 2013
APRENDE A AMARTE A TI MISMO
"Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna"
Oscar Wilde
¿Cuantas veces has leído o te han dicho que lo primero es quererte a ti mismo? Es muy cierto que debemos amarnos a nosotros mismos para poder hacerlo con los demás. Si no sabes amarte a ti, acabarás entregando tu amor a personas que no sean dignas de él, que lo maltratarán. Pero si te quieres, nunca te permitirás ser víctima de una manipulación, ni tolerarás las traiciones o abusos de otras personas que al no quererse, solo tratan de someter con ansias de control.
Cuando te rechazas, cuando te juzgas, cuando te condenas, cuando sufres, cuando te declaras culpable, cuando te maltratas, cuando te castigas, cuando te desgastas, no te amas.
Ahora bien, quererse a uno mismo no es tan fácil como todos prometen: "tienes que quererte más, es que no te quieres nada..." Esa persona al escuchar tu recomendación se preguntará: "¿Y cómo me quiero?". Hay cuatro pasos previos de los que nadie habla pero que sin trabajar en ellos, nunca llegaremos a querernos:
1. RESPETARTE. Respetarse implica poner límites a la amenaza para evitar que te invadan. Lo primero es aprender a DECIR NO: "No me gusta cuando intentas aprovecharte de mi, cuando me faltas al respeto. No tolero que nadie me maltrate verbal o emocionalmente". Cuando no te respetas a ti mismo, sientes lástima por ti, piensas que no eres lo bastante bueno o capaz, así nadie te respetará. No es egoísmo, es amor por ti.
2. ACEPTARTE. Aceptarte sencillamente como eres. Eres lo que eres, no hay más. ¿Para qué fingir lo que no eres si siempre vas a fracasar por ese camino? El rechazo de uno mismo es el principal problema, porque buscamos esa imagen de perfección que no existe y mientras no la logremos, no nos aceptaremos. El nivel de rechazo con uno mismo depende de la dureza y exigencia con la que te trataron los adultos de referencia durante tu infancia. Aunque alguien te rechace no tienes porqué rechazarte tú. Si una persona no te aprecia, otra lo hará. Concéntrate en la relación contigo mismo, a solas. Acepta tu cuerpo como sea, porque así es perfecto. Permítele ser libre para dar, para recibir. Tienes todo lo que necesitas. Mientras tú seas consciente de tu propia belleza y la aceptes, las opiniones de los demás no te afectarán en absoluto.
3. SER ÍNTEGRO. Que equivale a ser justo contigo, rechazando todo lo que sea falso, mentiroso, hipócrita. Todo lo que te aleje de la verdad. Trata de percibir la realidad tal y como es, no tal y como te gustaría que fuera. Ser íntegro implica saber activarte y volverte reactivo ante aquello que se oponga a tu sistema de valores y principios. Equivale a ser vitalista, negando cualquier cosa no favorezca la vida, la salud. Es no tragarse abusos, ni traiciones o agresiones. Es darse cada uno su lugar.
4. RECONOCERTE. Saber reconocer, sin por ello sentirte prepotente, tu valía, tu coraje, tu fortaleza. Saberte grande solo por existir, solo por ser. Valorar tus esfuerzos y premiarte por ellos huyendo de las comparaciones o de la competitividad Saber mirar dentro de ti para reconocer que te sientes orgulloso de ser humano. Avergüenzate de tantos daños como te has infringido y de tanto dolor que has permitido que te causaran y perdónate por ello. Entonces podrás reconocer tu talla y admirarte por ello. Reconocerse es ser valiente.
Comienza por el primer paso. No tengas prisa. Cuando lo afiances, ve a por el segundo. No pretendas ir demasiado rápido. Nadie nos ha enseñado e incorporar nuevos conocimientos lleva su tiempo y práctica.
Cuando hayas conseguido respetarte, aceptarte, ser íntegro y reconocerte, ya podrás amarte de una manera natural y auténtica, sin buscar afanosamente recibir el amor de otras personas que tampoco se quieren a si mismas.
El amor que buscas se encuentra dentro de ti, los demás no tienen el amor que tú necesitas.
Fuente: http://vivirconemociones.blogspot.com.es/2013/09/cuatro-pasos-para-quererte.html
jueves, 5 de septiembre de 2013
LO NORMAL Y LA MAYORÍA
Escrito por Ana Novo
Esta mañana no ha sido el habitual café el que ha conseguido espabilarme, sino una frase que he leído del genial Mark Twain y que me gustaría compartir: “Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría, es tiempo para hacer una pausa y reflexionar”.
Desde luego, tuve que leerla un par de veces para apreciar su fuerza. Y en ella baso mi reflexión, como siempre, en voz alta, para que, si te apetece, tú también le saques aprendizaje.
Que duda cabe que desde que nacemos vamos absorbiendo como esponjas todas las creencias, valores, reacciones, fuerzas y limitaciones de nuestro entorno, dando por hecho que es lo que hay, lo normal y que queda refrendado por la mayoría.
El problema es precisamente ese, dar por hecho que esa manera de pensar, expresarse, sentir, comportarse, afrontar y quejarse es lo que es, sin más alternativas, porque es lo normal y la mayoría. Aún cuando, en determinado momento, se cambie eso “de toda la vida”, porque se convenza a la mayoría de su conveniencia. En definitiva, como en una rueda de hámster, se va tirando día a día, de una forma gris y resignada y rogando “que me quede como estoy”.
Eso no es madurar, cumpliremos años, cambiaremos la apariencia física y determinados roles, pero seguimos siendo infantes, ya que bien poco hemos usado el tener “uso de razón”.
¡Peligro! Si no sé quién soy, para qué estoy aquí, cual es mi lugar en el mundo ni como puedo vivir con sentido y plenitud colaborando al bien común, no estoy viviendo mi propia vida, como yo la decida y yendo por el camino que elija, sino sobreviviendo conformándome con la mediocridad de una vida de 2ª mano, la que marca lo normal y la mayoría.
A veces, en un breve instante de conciencia y claridad que todos tenemos, podemos ver, escuchar y sentir que tras esa capa de ruido, ajetreo, egoísmo, violencia y sufrimiento, hay algo más, algo que merece la pena descubrir y sacar a la luz y que llenaría ese “agujero negro” que nadie ni nada exterior puede llenar. Pero no es algo que sea normal, ni haga la mayoría. Se precisa valentía, atrevimiento, estar dispuesto a salir de lo malo conocido y apostar por todo lo bueno por conocer.
He parado y he reflexionado. Ese es mi reto, estrenar vida cada día, aceptando lo que no está en mi poder cambiar y eligiendo todo lo que está en mi área de influencia. Y si se sale de lo normal y no es mayoría, ¡me parece que voy por buen camino!
Fuente: http://www.elblogalternativo.com/2013/09/04/el-camino-trillado-lo-normal-y-la-mayoria/
Esta mañana no ha sido el habitual café el que ha conseguido espabilarme, sino una frase que he leído del genial Mark Twain y que me gustaría compartir: “Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría, es tiempo para hacer una pausa y reflexionar”.
Desde luego, tuve que leerla un par de veces para apreciar su fuerza. Y en ella baso mi reflexión, como siempre, en voz alta, para que, si te apetece, tú también le saques aprendizaje.
Que duda cabe que desde que nacemos vamos absorbiendo como esponjas todas las creencias, valores, reacciones, fuerzas y limitaciones de nuestro entorno, dando por hecho que es lo que hay, lo normal y que queda refrendado por la mayoría.
El problema es precisamente ese, dar por hecho que esa manera de pensar, expresarse, sentir, comportarse, afrontar y quejarse es lo que es, sin más alternativas, porque es lo normal y la mayoría. Aún cuando, en determinado momento, se cambie eso “de toda la vida”, porque se convenza a la mayoría de su conveniencia. En definitiva, como en una rueda de hámster, se va tirando día a día, de una forma gris y resignada y rogando “que me quede como estoy”.
Eso no es madurar, cumpliremos años, cambiaremos la apariencia física y determinados roles, pero seguimos siendo infantes, ya que bien poco hemos usado el tener “uso de razón”.
¡Peligro! Si no sé quién soy, para qué estoy aquí, cual es mi lugar en el mundo ni como puedo vivir con sentido y plenitud colaborando al bien común, no estoy viviendo mi propia vida, como yo la decida y yendo por el camino que elija, sino sobreviviendo conformándome con la mediocridad de una vida de 2ª mano, la que marca lo normal y la mayoría.
A veces, en un breve instante de conciencia y claridad que todos tenemos, podemos ver, escuchar y sentir que tras esa capa de ruido, ajetreo, egoísmo, violencia y sufrimiento, hay algo más, algo que merece la pena descubrir y sacar a la luz y que llenaría ese “agujero negro” que nadie ni nada exterior puede llenar. Pero no es algo que sea normal, ni haga la mayoría. Se precisa valentía, atrevimiento, estar dispuesto a salir de lo malo conocido y apostar por todo lo bueno por conocer.
He parado y he reflexionado. Ese es mi reto, estrenar vida cada día, aceptando lo que no está en mi poder cambiar y eligiendo todo lo que está en mi área de influencia. Y si se sale de lo normal y no es mayoría, ¡me parece que voy por buen camino!
Fuente: http://www.elblogalternativo.com/2013/09/04/el-camino-trillado-lo-normal-y-la-mayoria/
domingo, 1 de septiembre de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)